La mayoría de nosotros asumimos que los autores ganan modestos ingresos por las ventas de libros. Pero si profundizas en los números, descubrirás que algunas de las personas más ricas del mundo son, en realidad, escritores prolíficos. Su éxito va mucho más allá de las estanterías de las bibliotecas: acuerdos cinematográficos,