Si alguna vez compraste criptomonedas en 2018, recordarás la fricción. Agujeros negros de KYC, transferencias bancarias retrasadas y una dirección de billetera aleatoria que esperabas que fuera correcta. Ahora es más fácil, pero no por mucho. Aunque la situación es ciertamente mejor en estos días, la mayor parte de la fricción y los desafíos permanecen —