“He malgastado 8 años de mi vida en la industria cripto.”
El cofundador de Aevo, Ken Chan, publicó un texto criticando duramente la industria cripto, afirmando que se ha transformado en un “supercasino”. Este artículo, cargado de frustración, rápidamente se viralizó en comunidades tanto nacionales como internacionales. Detrás de millones de visualizaciones, el debate en la comunidad se encendió. Los partidarios lo ven como un momento de despertar que pincha la burbuja, mientras que los detractores consideran que es un beneficiario que critica el sistema que le hizo rico.
Más allá de la catarsis emocional, este debate refleja la ansiedad colectiva y la confusión cíclica de la industria ante la sequía de liquidez y el vacío narrativo actual.
¿Convertido en un supercasino? ¿Qué le pasa al ecosistema cripto?
En este extenso texto, Ken Chan reconoce que los últimos ocho años han sido un viaje del idealismo a la desilusión.
Como libertario influenciado por las obras de Ayn Rand y programador, fue un fiel creyente del espíritu cypherpunk, viendo Bitcoin como “un banco privado para los ricos”. Sin embargo, tras ocho años dedicados a tiempo completo en el sector, admite dolorosamente que, aunque ha ganado dinero, siente que estos ocho años de juventud han sido completamente desperdiciados.
El relato favorito de los profesionales del sector es “reemplazar por completo el sistema financiero actual con blockchain”, pero Chan lo tacha de mero eslogan, señalando que en realidad solo mantiene el mayor casino global, siempre abierto y con múltiples jugadores. Esta distorsión de percepción proviene de un sistema de incentivos completamente pervertido. En la práctica, a nadie le importa la verdadera innovación tecnológica. Los participantes simplemente lanzan fondos a la próxima blockchain Layer1, intentando apostar por el próximo Solana. Este ánimo especulativo sostiene valoraciones infladas por cientos de miles de millones de dólares.
De hecho, hoy no faltan blockchains zombis; incluso las nuevas cadenas de alto rendimiento que recaudan decenas o cientos de millones no pueden evitar quedarse sin usuarios reales tras la fiebre de los airdrops y los programas de incentivos. Es como construir autopistas en el desierto, pero sin ciudades ni fábricas cerca, solo especuladores revendiendo terrenos.
Los datos confirman este problema: según DeFiLlama, en las últimas 24 horas solo 15 cadenas superaron los 10 millones en volumen de DEX, y solo 4 tienen más de un millón de direcciones activas diarias.
Sobre esta “ciudad fantasma” de infraestructuras excesivas, Ken afirma que, ya sea DEX spot, contratos perpetuos, mercados de predicción o plataformas de meme coins, en esencia son herramientas de juego. Por ejemplo, la cultura MEME fue reemplazada por una “línea de producción” industrializada de tokens, convertida en un casino on-chain PVP extremo; y la mayoría de las interacciones frecuentes en las aplicaciones no responden a necesidades reales, sino a la búsqueda de puntos para futuros airdrops. Como dice Ken, aunque los VC puedan escribir extensos textos de 5.000 palabras dibujando grandes visiones, la realidad es que estos juegos solo consumen el capital existente de minoristas e instituciones.
Lo que más incomoda a Ken Chan es cómo el sector subvierte el sentido común empresarial. Aquí, ganar dinero emitiendo tokens, haciendo market making y ejecutando estrategias de exit es mucho más fácil que construir productos. Abundan los tokens de “alto FDV y baja circulación”, y hay proyectos sin ingresos reales valorados en miles de millones. Los tokens de gobernanza no son más que herramientas de liquidez para la salida de los inversores. Este entorno, donde la moneda mala expulsa a la buena, no solo hace que los profesionales pierdan la capacidad de identificar negocios sostenibles, sino que transmite a la nueva generación un venenoso “nihilismo financiero”.
En un momento en que los activos tradicionales son inalcanzables, la Generación Z ha desarrollado su propia “rebeldía financiera”. Según un reciente artículo de Financial Times, la creciente inaccesibilidad a la vivienda en EE.UU. está transformando profundamente la gestión financiera y los hábitos de consumo de la Gen Z, empujando a algunos jóvenes hacia la especulación en criptomonedas y generando una sensación de nihilismo económico. Además de las criptos, las acciones virales, los coleccionables de moda, los ETF apalancados y los mercados de predicción son tendencias financieras entre los jóvenes.
La denuncia de Ken Chan ha encontrado eco. Por ejemplo, Jason Choi, fundador de Tangent, lamenta que ya tenemos innumerables blockchains baratas/rápidas, regulaciones laxas, enormes rondas de financiación desde 2017 y miles de desarrolladores implementando smart contracts durante una década, pero una empresa de IA está a punto de salir a bolsa con una valoración superior a la de todas las criptomonedas menos Bitcoin y las stablecoins.
Santiago Roel Santos, fundador de Inversion Capital, señala que esto es un recordatorio lúcido para el sector. Hoy, los usuarios activos mensuales de cripto (MAU) son unos 40 millones; cuando Facebook salió a bolsa tenía 845 millones de MAU y una valoración cercana a 100.000 millones; OpenAI tiene hoy 800 millones de MAU y su última valoración fue de 500.000 millones. Si queremos una clase de activos de 10 billones, necesitamos al menos mil millones de usuarios.
El KOL cripto YQ, citando un artículo antiguo, indica que muchos OG de cripto han abandonado tras cuestionar sus creencias iniciales. En el ciclo actual, los proyectos con fuerte componente especulativo como memes, perpetuos y mercados de predicción siguen resistiendo, mientras que los de infraestructura y redes sociales luchan por demostrar su valor. Para startups, VC, traders y usuarios, es la etapa más difícil; el mercado está plagado de manipulaciones con apalancamiento sobre monedas pequeñas o antiguas para realizar “pump and dump”. En este contexto, hay que aceptar la realidad. Ya seas VC o emprendedor, solo ajustando la estrategia y entregando productos podrás sobrevivir.
Atravesando el ciclo emocional cripto: “El bosque necesita limpiar la madera muerta”
Para muchos profesionales, la actitud negativa de Ken Chan es, en esencia, típico de quien “tira la escalera tras haber subido”.
Como beneficiario, ganó suficiente dinero en el mercado cripto y ahora critica el sistema que le hizo rico. Además, su desprecio por el nihilismo financiero ignora que, para millones de personas en el mundo, este mercado lleno de burbujas sigue siendo de los pocos caminos para la movilidad social. Más aún, el precio de AEVO ha caído más del 98% desde su máximo histórico.
Sobre las dificultades actuales del mercado cripto, Ken cree que la industria está estancada, pero muchos constructores lo ven como un dolor inevitable del desarrollo tecnológico. No podemos juzgar toda una ciudad financiera emergente porque haya gente perdiendo dinero en el casino.
Si miramos a países con alta inflación como Argentina, Turquía o Nigeria, USDT y USDC ya son monedas duras de facto. La población usa estas stablecoins para proteger sus ahorros de la hiperinflación; este sistema financiero ya da servicio efectivo a decenas de millones.
Mientras tanto, Bitcoin ya no es un juguete para geeks: es parte de los fondos soberanos, reservas nacionales (El Salvador, Bután), y balances de los mayores hedge funds. Los componentes técnicos de Ethereum se han establecido como estándar global y cuentan con la aceptación de Wall Street. Además, con la tokenización acelerada de acciones, bonos, inmobiliario y otros activos, la eficiencia financiera está dando un salto cualitativo. En el plano técnico, miles de desarrolladores están logrando avances en ZK, redes resistentes a la censura y resistencia cuántica. Todo esto son corrientes subterráneas reales tras el bullicio cripto.
Sobre la “teoría del casino”, Haseeb, socio de Dragonfly, señala que en cripto nunca han faltado casinos. El primer éxito de Bitcoin fue Satoshi Dice (2012). El primer smart contract viral de Ethereum fue King of the Ether Throne (2015), básicamente un esquema Ponzi. En cuanto existe dinero programable, lo primero que hace la gente es apostar y jugar; es humano. En cripto siempre ha habido casinos atractivos: ICOs, DeFi, NFT, ahora meme coins; la forma cambia, la esencia no. Aunque los casinos sean llamativos y acaparen la atención en redes, centrarse solo en su brillo es perderse la historia importante. Además, subraya que las criptos están convirtiéndose en un mejor vehículo financiero, redefiniendo la naturaleza del dinero y cambiando la relación de poder entre individuos y gobiernos. Bitcoin ya desafía la soberanía nacional y los gobiernos lo suman a sus balances; las stablecoins ya afectan la política monetaria y los bancos centrales reaccionan; protocolos financieros sin permisos como Uniswap y AAVE superan en valor y escala a muchas fintech unicornio. El mundo está cambiando profundamente en torno a las criptomonedas.
“Esta revolución avanza más despacio de lo que muchos esperan, pero así es la difusión tecnológica”, afirma Haseeb. ChatGPT lleva tres años y la IA generativa aún no se refleja en el PIB ni en el empleo; la Revolución Industrial tardó 50 años en impactar la productividad; internet necesitó más de veinte años para popularizarse. Esperar que en solo cinco años se reemplace el sistema financiero global más regulado no es realista. Si te frustra no haberte hecho rico con un meme coin, respira hondo: la industria no le debe riqueza a nadie. De hecho, el pesimismo cíclico y la “rendición mental” no son necesariamente algo negativo.
Mason Nystrom, socio de Pantera Capital, opina de forma similar: la visión pesimista sobre el valor social de las criptomonedas es errónea. Aunque abunda la especulación y el abuso, y los casinos existen y son enormes, también hay grandes valores sociales ignorados.
Explica que Bitcoin es un activo global sin soberanía y cualquier persona conectada a internet puede poseerlo. Proporciona un mecanismo de veto/salida, transfiriendo el control económico del Estado al individuo. Las stablecoins ofrecen servicios financieros más eficientes y seguros en todo el mundo: transferencias más rápidas, mayores rendimientos, menores costes. Los bancos no pagan intereses a los ahorradores, las remesas internacionales son caras, el e-commerce cobra un 2,9% de comisión: todo esto está siendo transformado por las stablecoins, que aportan valor social tangible. Plataformas de préstamos como Aave y Morpho permiten el acceso global a préstamos sobrecolateralizados. El mercado de préstamos con bajo colateral generará aún mayores beneficios sociales, reduciendo el coste del capital y creando enormes efectos positivos externos. Además, el blockchain permitirá que usuarios globales accedan a productos financieros antes restringidos, como acciones, bonos, seguros o créditos. La financiación sin permisos permitirá que cualquier buena idea reciba apoyo según su mérito. Mercados más transparentes, eficientes y baratos son en sí mismos un progreso social.
Mason Nystrom también destaca que las criptos están construyendo un nuevo sistema financiero: habrá quien monte casinos, quien cree redes de pago, quien diseñe herramientas especulativas y quien levante infraestructuras de crédito inclusivo. El nuevo sistema no será perfecto, pero superará al actual. Si solo ves el lado de casino de las criptos, tal vez debas dar un paso atrás y, desde una perspectiva macro, reconocer los beneficios sociales que ya han traído y seguirán trayendo.
Actualmente el sector cripto atraviesa un valle emocional; el texto de Ken es más una descarga tras el fracaso que una reflexión. Proyectos en apuros como Aevo no son pocos: es la selección natural de la industria. En los últimos años, el sector acumuló demasiados proyectos sin valor real ni producto viable, un claro exceso de oferta. El dolor actual es el proceso de purgar la burbuja.
El bosque necesita limpiar la madera muerta regularmente; de lo contrario, la podredumbre se extiende. En cripto sucede igual.
Deja que quienes se sientan cansados, perdidos o solo vinieron a especular se vayan por sí mismos: el aire se volverá más limpio. O bien cambias de mentalidad y miras al futuro, o deja paso a quienes siguen construyendo. Esta travesía acaba de comenzar y está lejos de terminar.
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¿Con qué puedo salvarte, mi mundo cripto?
Autora: Nancy, PANews
“He malgastado 8 años de mi vida en la industria cripto.”
El cofundador de Aevo, Ken Chan, publicó un texto criticando duramente la industria cripto, afirmando que se ha transformado en un “supercasino”. Este artículo, cargado de frustración, rápidamente se viralizó en comunidades tanto nacionales como internacionales. Detrás de millones de visualizaciones, el debate en la comunidad se encendió. Los partidarios lo ven como un momento de despertar que pincha la burbuja, mientras que los detractores consideran que es un beneficiario que critica el sistema que le hizo rico.
Más allá de la catarsis emocional, este debate refleja la ansiedad colectiva y la confusión cíclica de la industria ante la sequía de liquidez y el vacío narrativo actual.
¿Convertido en un supercasino? ¿Qué le pasa al ecosistema cripto?
En este extenso texto, Ken Chan reconoce que los últimos ocho años han sido un viaje del idealismo a la desilusión.
Como libertario influenciado por las obras de Ayn Rand y programador, fue un fiel creyente del espíritu cypherpunk, viendo Bitcoin como “un banco privado para los ricos”. Sin embargo, tras ocho años dedicados a tiempo completo en el sector, admite dolorosamente que, aunque ha ganado dinero, siente que estos ocho años de juventud han sido completamente desperdiciados.
El relato favorito de los profesionales del sector es “reemplazar por completo el sistema financiero actual con blockchain”, pero Chan lo tacha de mero eslogan, señalando que en realidad solo mantiene el mayor casino global, siempre abierto y con múltiples jugadores. Esta distorsión de percepción proviene de un sistema de incentivos completamente pervertido. En la práctica, a nadie le importa la verdadera innovación tecnológica. Los participantes simplemente lanzan fondos a la próxima blockchain Layer1, intentando apostar por el próximo Solana. Este ánimo especulativo sostiene valoraciones infladas por cientos de miles de millones de dólares.
De hecho, hoy no faltan blockchains zombis; incluso las nuevas cadenas de alto rendimiento que recaudan decenas o cientos de millones no pueden evitar quedarse sin usuarios reales tras la fiebre de los airdrops y los programas de incentivos. Es como construir autopistas en el desierto, pero sin ciudades ni fábricas cerca, solo especuladores revendiendo terrenos.
Los datos confirman este problema: según DeFiLlama, en las últimas 24 horas solo 15 cadenas superaron los 10 millones en volumen de DEX, y solo 4 tienen más de un millón de direcciones activas diarias.
Sobre esta “ciudad fantasma” de infraestructuras excesivas, Ken afirma que, ya sea DEX spot, contratos perpetuos, mercados de predicción o plataformas de meme coins, en esencia son herramientas de juego. Por ejemplo, la cultura MEME fue reemplazada por una “línea de producción” industrializada de tokens, convertida en un casino on-chain PVP extremo; y la mayoría de las interacciones frecuentes en las aplicaciones no responden a necesidades reales, sino a la búsqueda de puntos para futuros airdrops. Como dice Ken, aunque los VC puedan escribir extensos textos de 5.000 palabras dibujando grandes visiones, la realidad es que estos juegos solo consumen el capital existente de minoristas e instituciones.
Lo que más incomoda a Ken Chan es cómo el sector subvierte el sentido común empresarial. Aquí, ganar dinero emitiendo tokens, haciendo market making y ejecutando estrategias de exit es mucho más fácil que construir productos. Abundan los tokens de “alto FDV y baja circulación”, y hay proyectos sin ingresos reales valorados en miles de millones. Los tokens de gobernanza no son más que herramientas de liquidez para la salida de los inversores. Este entorno, donde la moneda mala expulsa a la buena, no solo hace que los profesionales pierdan la capacidad de identificar negocios sostenibles, sino que transmite a la nueva generación un venenoso “nihilismo financiero”.
En un momento en que los activos tradicionales son inalcanzables, la Generación Z ha desarrollado su propia “rebeldía financiera”. Según un reciente artículo de Financial Times, la creciente inaccesibilidad a la vivienda en EE.UU. está transformando profundamente la gestión financiera y los hábitos de consumo de la Gen Z, empujando a algunos jóvenes hacia la especulación en criptomonedas y generando una sensación de nihilismo económico. Además de las criptos, las acciones virales, los coleccionables de moda, los ETF apalancados y los mercados de predicción son tendencias financieras entre los jóvenes.
La denuncia de Ken Chan ha encontrado eco. Por ejemplo, Jason Choi, fundador de Tangent, lamenta que ya tenemos innumerables blockchains baratas/rápidas, regulaciones laxas, enormes rondas de financiación desde 2017 y miles de desarrolladores implementando smart contracts durante una década, pero una empresa de IA está a punto de salir a bolsa con una valoración superior a la de todas las criptomonedas menos Bitcoin y las stablecoins.
Santiago Roel Santos, fundador de Inversion Capital, señala que esto es un recordatorio lúcido para el sector. Hoy, los usuarios activos mensuales de cripto (MAU) son unos 40 millones; cuando Facebook salió a bolsa tenía 845 millones de MAU y una valoración cercana a 100.000 millones; OpenAI tiene hoy 800 millones de MAU y su última valoración fue de 500.000 millones. Si queremos una clase de activos de 10 billones, necesitamos al menos mil millones de usuarios.
El KOL cripto YQ, citando un artículo antiguo, indica que muchos OG de cripto han abandonado tras cuestionar sus creencias iniciales. En el ciclo actual, los proyectos con fuerte componente especulativo como memes, perpetuos y mercados de predicción siguen resistiendo, mientras que los de infraestructura y redes sociales luchan por demostrar su valor. Para startups, VC, traders y usuarios, es la etapa más difícil; el mercado está plagado de manipulaciones con apalancamiento sobre monedas pequeñas o antiguas para realizar “pump and dump”. En este contexto, hay que aceptar la realidad. Ya seas VC o emprendedor, solo ajustando la estrategia y entregando productos podrás sobrevivir.
Atravesando el ciclo emocional cripto: “El bosque necesita limpiar la madera muerta”
Para muchos profesionales, la actitud negativa de Ken Chan es, en esencia, típico de quien “tira la escalera tras haber subido”.
Como beneficiario, ganó suficiente dinero en el mercado cripto y ahora critica el sistema que le hizo rico. Además, su desprecio por el nihilismo financiero ignora que, para millones de personas en el mundo, este mercado lleno de burbujas sigue siendo de los pocos caminos para la movilidad social. Más aún, el precio de AEVO ha caído más del 98% desde su máximo histórico.
Sobre las dificultades actuales del mercado cripto, Ken cree que la industria está estancada, pero muchos constructores lo ven como un dolor inevitable del desarrollo tecnológico. No podemos juzgar toda una ciudad financiera emergente porque haya gente perdiendo dinero en el casino.
Si miramos a países con alta inflación como Argentina, Turquía o Nigeria, USDT y USDC ya son monedas duras de facto. La población usa estas stablecoins para proteger sus ahorros de la hiperinflación; este sistema financiero ya da servicio efectivo a decenas de millones.
Mientras tanto, Bitcoin ya no es un juguete para geeks: es parte de los fondos soberanos, reservas nacionales (El Salvador, Bután), y balances de los mayores hedge funds. Los componentes técnicos de Ethereum se han establecido como estándar global y cuentan con la aceptación de Wall Street. Además, con la tokenización acelerada de acciones, bonos, inmobiliario y otros activos, la eficiencia financiera está dando un salto cualitativo. En el plano técnico, miles de desarrolladores están logrando avances en ZK, redes resistentes a la censura y resistencia cuántica. Todo esto son corrientes subterráneas reales tras el bullicio cripto.
Sobre la “teoría del casino”, Haseeb, socio de Dragonfly, señala que en cripto nunca han faltado casinos. El primer éxito de Bitcoin fue Satoshi Dice (2012). El primer smart contract viral de Ethereum fue King of the Ether Throne (2015), básicamente un esquema Ponzi. En cuanto existe dinero programable, lo primero que hace la gente es apostar y jugar; es humano. En cripto siempre ha habido casinos atractivos: ICOs, DeFi, NFT, ahora meme coins; la forma cambia, la esencia no. Aunque los casinos sean llamativos y acaparen la atención en redes, centrarse solo en su brillo es perderse la historia importante. Además, subraya que las criptos están convirtiéndose en un mejor vehículo financiero, redefiniendo la naturaleza del dinero y cambiando la relación de poder entre individuos y gobiernos. Bitcoin ya desafía la soberanía nacional y los gobiernos lo suman a sus balances; las stablecoins ya afectan la política monetaria y los bancos centrales reaccionan; protocolos financieros sin permisos como Uniswap y AAVE superan en valor y escala a muchas fintech unicornio. El mundo está cambiando profundamente en torno a las criptomonedas.
“Esta revolución avanza más despacio de lo que muchos esperan, pero así es la difusión tecnológica”, afirma Haseeb. ChatGPT lleva tres años y la IA generativa aún no se refleja en el PIB ni en el empleo; la Revolución Industrial tardó 50 años en impactar la productividad; internet necesitó más de veinte años para popularizarse. Esperar que en solo cinco años se reemplace el sistema financiero global más regulado no es realista. Si te frustra no haberte hecho rico con un meme coin, respira hondo: la industria no le debe riqueza a nadie. De hecho, el pesimismo cíclico y la “rendición mental” no son necesariamente algo negativo.
Mason Nystrom, socio de Pantera Capital, opina de forma similar: la visión pesimista sobre el valor social de las criptomonedas es errónea. Aunque abunda la especulación y el abuso, y los casinos existen y son enormes, también hay grandes valores sociales ignorados.
Explica que Bitcoin es un activo global sin soberanía y cualquier persona conectada a internet puede poseerlo. Proporciona un mecanismo de veto/salida, transfiriendo el control económico del Estado al individuo. Las stablecoins ofrecen servicios financieros más eficientes y seguros en todo el mundo: transferencias más rápidas, mayores rendimientos, menores costes. Los bancos no pagan intereses a los ahorradores, las remesas internacionales son caras, el e-commerce cobra un 2,9% de comisión: todo esto está siendo transformado por las stablecoins, que aportan valor social tangible. Plataformas de préstamos como Aave y Morpho permiten el acceso global a préstamos sobrecolateralizados. El mercado de préstamos con bajo colateral generará aún mayores beneficios sociales, reduciendo el coste del capital y creando enormes efectos positivos externos. Además, el blockchain permitirá que usuarios globales accedan a productos financieros antes restringidos, como acciones, bonos, seguros o créditos. La financiación sin permisos permitirá que cualquier buena idea reciba apoyo según su mérito. Mercados más transparentes, eficientes y baratos son en sí mismos un progreso social.
Mason Nystrom también destaca que las criptos están construyendo un nuevo sistema financiero: habrá quien monte casinos, quien cree redes de pago, quien diseñe herramientas especulativas y quien levante infraestructuras de crédito inclusivo. El nuevo sistema no será perfecto, pero superará al actual. Si solo ves el lado de casino de las criptos, tal vez debas dar un paso atrás y, desde una perspectiva macro, reconocer los beneficios sociales que ya han traído y seguirán trayendo.
Actualmente el sector cripto atraviesa un valle emocional; el texto de Ken es más una descarga tras el fracaso que una reflexión. Proyectos en apuros como Aevo no son pocos: es la selección natural de la industria. En los últimos años, el sector acumuló demasiados proyectos sin valor real ni producto viable, un claro exceso de oferta. El dolor actual es el proceso de purgar la burbuja.
El bosque necesita limpiar la madera muerta regularmente; de lo contrario, la podredumbre se extiende. En cripto sucede igual.
Deja que quienes se sientan cansados, perdidos o solo vinieron a especular se vayan por sí mismos: el aire se volverá más limpio. O bien cambias de mentalidad y miras al futuro, o deja paso a quienes siguen construyendo. Esta travesía acaba de comenzar y está lejos de terminar.