Desde ataques de hackers hasta trampas de conocidos, un repaso a las formas de perder dinero en el mundo cripto

Autor: Ada, TechFlow

Después de la gran limpieza del 10/11, el mercado cripto no experimentó un rebote vengativo, sino que siguió cayendo en noviembre; Bitcoin rompió el umbral de los 90.000 dólares y Ethereum llegó a situarse en torno a los 2.800 dólares.

Pero para los veteranos del mundo cripto, esto no supone gran cosa. Han sobrevivido a fluctuaciones mayores, limpiezas más sangrientas e incluso han caído en trampas más profundas. Quienes han pasado por tantas tormentas solo tienen una frase para el mercado: “¿Esto? No es nada”.

Sin embargo, cuando se habla del pasado, nadie permanece indiferente. Algunos han sufrido el colapso de exchanges, otros han sido cazados por supuestas “informaciones privilegiadas”, otros han caído en trampas de conocidos…

Escuchemos sus historias y veamos, entre los veteranos, cuáles son las formas de perder dinero que más les han marcado en el mundo cripto.

Mike: Golpeado por la huida de un exchange

Soy Mike, entré en el sector en 2018, ahora soy emprendedor, he pasado por varias fases de mercado alcista y bajista, y he caído en no pocos agujeros.

Hay dos pérdidas que recuerdo especialmente.

La primera fue en 2019. Quería buscar altos rendimientos, así que puse parte de mis BTC, ETF y USDT en un exchange para productos financieros, porque ofrecía mejores rendimientos que los demás. Pero un año después, el exchange quebró y desapareció. Se llamaba Fcoin, uno de los pioneros de la minería de exchange. Por aquel entonces acababa de terminar la universidad; trabajaba duro, vivía en una habitación compartida y había ahorrado 1,5 BTC y 20 ETH, que desaparecieron de la noche a la mañana. En ese momento no parecía mucho dinero, pero ahora significaría millones.

La segunda fue en 2020. Un amigo del sector me pasó un “chivatazo” sobre un altcoin que iba a ser listado en Binance, así que me adelanté y compré. Para aprovechar la información privilegiada, vendí dos bitcoins y me lo jugué todo a ese altcoin; en ese momento cada bitcoin valía unos 10.000 dólares.

El resultado: tras vender los bitcoins, estos subieron hasta los 40.000 dólares, mientras que el altcoin en el que invertí cayó un 70%. Aunque finalmente fue listado en Binance, ya no tenía sentido.

Ahora soy muy cauto con los rumores, porque no sé si ya están descontados en el precio o incluso si son falsos.

Además, tanto el colapso de Fcoin como el de FTX sorprendieron a muchos. En el sector cripto siempre hay cisnes negros, así que ahora también tengo wallets fríos para evitar riesgos extremos. Tampoco pongo todos los activos en cripto; también diversifico en acciones estadounidenses, oro y depósitos en moneda fiduciaria, porque no existe la seguridad absoluta: solo la diversificación puede reducir el impacto de los posibles cisnes negros.

Con la experiencia, he desarrollado mi propio enfoque para analizar mercados y proyectos.

Primero, miro de dónde viene la liquidez. Por ejemplo, en este ciclo, el dinero viene del apetito de riesgo del mercado del dólar, lo que ha hecho que Bitcoin esté cada vez más correlacionado con el mercado bursátil estadounidense; en esencia, Bitcoin está en la vanguardia del apetito de riesgo de la liquidez. En segundo lugar, me fijo en la tendencia a largo plazo del proyecto, sobre todo en el equipo y la motivación de los fundadores.

Mirando atrás, le diría al yo que empezaba en este sector: sé prudente, avanza paso a paso, pero confía en el futuro del sector. Y en la dirección correcta, como holdear Bitcoin, sé más valiente y decidido.

Finn: Hackers y contratos, enemigos de por vida

Me llamo Finn y soy el fundador de la agencia BlockFocus.

Recuerdo que el 28 de abril de 2018 recargué dinero por primera vez en Huobi y compré Bitcoin, sin saber aún qué era USDT.

Por aquel entonces leí en un artículo de Mimeng un consejo de inversión de Chang Jia a un estudiante universitario: decía que comprara Bitcoin y lo guardara en una wallet fría durante cinco años. Me atrajo la idea. Luego supe que Chang Jia tenía un proyecto llamado Bytom y, usando mis bitcoins, compré USDT y luego BTM. Pero al mes, mi BTM había perdido un 80% y solo me quedaban un par de miles de yuanes.

Pero ese primer fracaso no me frenó; al contrario, me abrió una puerta. A principios de 2020 tuve la oportunidad de trabajar oficialmente en el sector cripto.

En estos años, mis dos mayores pérdidas fueron: la primera, a finales de abril de 2022. Por falta de conciencia sobre la seguridad y de medidas preventivas, me hackearon la wallet. La mayoría de lo robado eran tokens APX (luego Aster), con un valor de más de 600.000 dólares. De no haber sido por el robo, ahora sería financieramente libre.

La segunda fue en la gran limpieza del 11 de octubre de este año: reventé un contrato en el punto más bajo del precio y perdí mucho dinero. No soy trader profesional; fue una apuesta de suerte, pero no esperaba que explotara tan exactamente.

Además de estas dos, también caí en una trampa de un proyecto.

El año pasado participé en un proyecto valorado en menos de 100 millones; este año llegó a 4.000 millones tras el lanzamiento. Habíamos pactado un desbloqueo del 10% en el TGE, pero aún no lo han hecho, dicen que lo retrasan a 2024 pero sin fecha clara. Pedimos devolución, pero nada. Muchas veces los inversores estamos en desventaja y sin poder hacer nada.

Sin embargo, también he acertado en algunos proyectos, y el que más me entusiasma es Aster.

Aster era APX. Empecé a apoyarlo a finales de 2021; es el único proyecto que he recomendado a todos mis amigos y de verdad he invertido en él. Tras el robo, fui comprando más APX poco a poco.

¿Por qué aposté por él cuando aún era APX?

Primero, confío en el sector de los DEX y el proyecto tenía una valoración baja. Lo más importante: verifiqué por distintas vías que era un proyecto interno de Binance, no de un equipo externo o exempleados, y Binance siempre termina lo que empieza. Por eso me atreví a apostar en la fase inicial.

En estos años he ganado y perdido, parece un ciclo, pero sigo pensando que en este sector es más fácil ganar dinero que en otros, y además estoy cómodo en él: es un entorno donde trabajo y vida están equilibrados. De cara al futuro, quiero trabajar duro, operar menos con contratos y esquiar más.

Beyond: Visitado por hackers norcoreanos

Soy Beyond, en Twitter me llaman El Deconstructor. Me inicié en el mundo cripto en 2021, cuando aún estaba en primero de carrera.

Recuerdo claramente el 20 de abril de 2021: vi vídeos que decían que Dogecoin iba a superar el dólar, con capturas de grandes beneficios. Me dejé llevar y metí 10.000 yuanes en contratos, pero esa misma noche exploté la cuenta.

Hoy no parece mucho dinero, pero para un universitario era varios meses de gastos. Me pareció demasiado difícil y no volví a tocarlo hasta principios de 2023. Entonces los inscription se pusieron de moda, volví a entrar y gané algo. Por la tentación económica decidí dedicarme a esto tras graduarme.

He probado muchas cosas en cripto: crear inscriptions, montar un estudio de farming, trabajar como técnico externo para proyectos, y ahora soy KOL, gestiono mi comunidad y Binance Square. Me gusta esta vida: libertad y buena recompensa económica.

Pero inevitablemente, también he caído en trampas.

La que más recuerdo fue el 10 de agosto del año pasado. Me contactó por privado alguien que se hacía pasar por empleado de un famoso VC, invitándome a su equipo. Como el mercado cada vez daba menos dinero, pensé en buscar alternativas y empecé a hablar con ellos por Telegram.

Tras dos semanas, todo parecía correcto. Verifiqué su información en plataformas conocidas, teníamos más de 20 amigos en común, incluso líderes del sector. Todo era muy convincente, así que confié plenamente. Cuando me invitaron a una reunión de Google Meeting, acepté sin dudar.

Pero al entrar en la plataforma y pinchar el enlace, me vaciaron todos los activos on-chain. También perdí todas mis cuentas de farming y mis cuentas sociales Web2. La pérdida fue enorme. Después supe que eran hackers norcoreanos.

Otra vez, no supe materializar las ganancias.

Durante el boom de los inscriptions en Bitcoin surgieron muchos activos que multiplicaron por 100 o 1.000, pero en Ethereum solo hubo uno que lo hizo. Yo creía que aún saldrían más, así que investigué y encontré ETHI. ETHI subió de 3u a 4.000u por unidad, lo que demostró que mi lógica era acertada. Pero como tenía fe en los inscriptions y en que revolucionarían la emisión de activos, nunca vendí. Lo vi caer hasta cero.

Esta experiencia me mostró el poder de las ganancias rápidas en cripto, y me empujó a dedicarme de lleno al sector. También me enseñó a respetar los ciclos: ninguna narrativa dura para siempre, hay que retirarse a tiempo. El único activo realmente digno de fe es Bitcoin.

Mirando atrás, si no hubiera entrado en cripto, probablemente estaría en un fondo de inversión, un bróker o un banco de inversión tradicional, siguiendo el camino típico. Pero comparado con mis antiguos compañeros, mi desarrollo personal es mucho mayor, así que agradezco mi elección y tengo mucha confianza en el futuro.

Chong Ge: Cosechado en una trampa de conocidos

Soy Chong Ge. Como muchos “veteranos del pago por conocimiento”, mi introducción al cripto vino por el curso de Li Xiaolai “El camino hacia la libertad financiera”, y mi primera inversión no fue en Bitcoin, sino en EOS.

Antes de entrar en cripto, seguí el camino tradicional: bolsa, fondos, incluso acciones estadounidenses. Pero un día me di cuenta de que, tras dos o tres años en bolsa, un 50% me parecía un gran rendimiento; pero un altcoin on-chain puede multiplicarse por 10, 20 o 30 en dos semanas, o irse a cero. Esa es la emoción que me atrapó.

En cuanto a perder dinero en cripto, seguro que he perdido bastante, pero el peor agujero no fue por el mercado, sino por una trampa de conocidos.

Lo que más recuerdo no fue una cadena o un proyecto, sino que confié en una persona, y llevé al agujero a quienes confiaron en mí.

En los primeros dos o tres años, la gente aún era “de sentimientos”, y yo, de carácter sencillo y leal, solía seguir a los amigos en proyectos, y luego invitaba a los míos. Como era “gente de confianza”, todos bajábamos la guardia. Pero la mayoría de estas oportunidades, disfrazadas de “proyecto”, “emprendimiento” o “blockchain”, eran esquemas piramidales o scams. Al final, el proyecto moría, el dinero desaparecía y las relaciones se rompían.

Esa vez perdí varios millones. Intenté solucionarlo, hablé con el equipo, intenté defenderme, pero siempre igual: el dinero no vuelve, la confianza tampoco. Solo queda la decepción.

Desde entonces, me impuse una regla estricta: no invitar a nadie a invertir conmigo, sobre todo si ni yo mismo lo tengo claro. Porque si algo sale mal, no solo pierdes tú, sino también relaciones, reputación y estado de ánimo. El coste es demasiado alto.

He caído en muchas trampas, pero no pienso abandonar el sector. Es un juego global donde puedes participar sin necesitar mucho networking. Si eliges bien, puedes ir subiendo de nivel. Es el estilo de vida que me gusta, no una misión que se termina y ya.

Ahora tengo un sistema de inversión bastante completo, pero lo que más me preocupa no es si tengo un sistema o no, sino si realmente he trabajado lo suficiente según mi lógica; si el sistema aún puede mejorar; y si puedo convertirlo en producto para ayudar a más gente.

En este sector, todos quieren influirte. Los proyectos quieren que creas en su historia; los KOL quieren que sigas sus movimientos; los grupos y redes quieren que te dejes llevar por la emoción. Pero el verdadero punto de partida es cuando dejas de creer ciegamente en cualquier “autoridad”, construyes tu propia lógica y compruebas y deduces por ti mismo. Antes de eso, eres un NPC en el sistema de otros; después, puedes ser tu propio jugador.