Imagina estar en el borde de una bulliciosa ciudad Web3, observando cómo los flujos de datos parpadean como neones, los precios se disparan, los activos se tokenizan, los juegos generan economías a través de cadenas, pero debajo de todo ello, una duda persistente, ¿y si la información que ilumina esas señales es solo una sombra, vulnerable a un