Después de reconocer que el ciclo de las tasas de interés ha cambiado, muchos Fed y otros banqueros centrales ahora sienten la necesidad de evitar que las apuestas de recorte de tasas de interés lleguen demasiado rápido, por lo que han advertido al mercado que no se mueva ni un centímetro. A primera vista, esto parece un poco inútil, ya que muchos creen razonablemente que habrá una disminución cíclica generalizada de las tasas de interés en los próximos años. La Fed y otros funcionarios del banco central pueden influir en los futuros y en los precios de las tasas de interés a corto plazo protestando por las expectativas actuales sobre el momento de los recortes de tasas, pero evitar que los inversores se apresuren a comprar bonos del Tesoro a 10 o 30 años es otro asunto completamente diferente, que está en gran medida fuera del control de la Fed, ya que depende más de cómo se desarrolle la situación económica. Sin embargo, la Fed sabía con certeza el miércoles pasado cuáles serían las consecuencias de cambiar sus previsiones para el próximo año. La Fed también sabe que una vez que se inicie el ciclo de flexibilización, una respuesta verbal a las tasas de interés a largo plazo no tendrá éxito.
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Las apuestas de recorte de tasas de interés están aumentando ola tras ola, y el banco central es difícil de detener
Después de reconocer que el ciclo de las tasas de interés ha cambiado, muchos Fed y otros banqueros centrales ahora sienten la necesidad de evitar que las apuestas de recorte de tasas de interés lleguen demasiado rápido, por lo que han advertido al mercado que no se mueva ni un centímetro. A primera vista, esto parece un poco inútil, ya que muchos creen razonablemente que habrá una disminución cíclica generalizada de las tasas de interés en los próximos años. La Fed y otros funcionarios del banco central pueden influir en los futuros y en los precios de las tasas de interés a corto plazo protestando por las expectativas actuales sobre el momento de los recortes de tasas, pero evitar que los inversores se apresuren a comprar bonos del Tesoro a 10 o 30 años es otro asunto completamente diferente, que está en gran medida fuera del control de la Fed, ya que depende más de cómo se desarrolle la situación económica. Sin embargo, la Fed sabía con certeza el miércoles pasado cuáles serían las consecuencias de cambiar sus previsiones para el próximo año. La Fed también sabe que una vez que se inicie el ciclo de flexibilización, una respuesta verbal a las tasas de interés a largo plazo no tendrá éxito.