La criptomonedas transmitía una energía extraña en 2021. Los precios se dispararon, las redes sociales estaban saturadas y todo el mundo parecía convencido de que el mundo digital evolucionaba de la noche a la mañana. La realidad, sin embargo, era diferente entre bastidores. La confianza se desangraba de la industria a una velocidad récord. Los estafadores se marcharon con $14 mil millones a través de rug pulls, esquemas Ponzi y relatos ingeniosos disfrazados de innovación. El crash no solo borró carteras, también borró la confianza.
Un comentarista de Bittensor conocido como Andy ττ en X habla abiertamente sobre esta historia y el daño que causó. Su comentario hace algo más: habla sobre lo que Bittensor (TAO) podría ofrecer como respuesta a todo lo que salió mal. Sus hilos mezclan el pasado y la posibilidad de algo diferente con Bittensor.
La razón por la que las discusiones sobre Bittensor siguen creciendo no es por el hype. La conversación cambia porque su estructura rompe los patrones que destrozaron la confianza en 2021. El token de Bittensor llamado TAO se sitúa en el centro de una red diseñada para inteligencia artificial. El foco no es la especulación. El foco son los servicios de IA con clientes reales y resultados medibles.
Andy ττ vuelve a este punto a lo largo de su página. Repite que Bittensor no se parece al manual de 2021. El dinero no entra en el sistema por la emoción del minorista. El dinero entra a través de empresas, desarrolladores y equipos que pagan por cargas de trabajo de IA. Ese ingreso retorna a las economías de las subredes que dependen del token de Bittensor.
El precio de TAO suele convertirse en un punto de referencia durante las discusiones, no como una promesa, sino como reflejo de la actividad de la red. La gente pregunta por el precio de Bittensor porque quiere entender si la demanda de inteligencia se traduce en demanda de computación.
Por qué sigo hablando de $TAO. Hablando claro: 2021 no eliminó a los inversores débiles. Robó a la gente a ciegas y quemó la confianza hasta los cimientos. 14 mil millones de dólares robados solo en 2021. 2,8 mil millones de eso fueron rug pulls. Más de 46.000 víctimas reportadas a la FTC. Más de 1.000 millones en… pic.twitter.com/Iu1a5vQOso
— Andy ττ (@bittingthembits) 3 de diciembre de 2025
Ingresos del mundo real en lugar de promesas digitales
Bittensor funciona sobre subredes creadas por equipos independientes. Cada subred ofrece un servicio útil de IA que los clientes pueden pagar. Ahí es donde la diferencia es más notable. Los proyectos de 2021 vendían sueños. Estos equipos venden computación.
Andy ττ usa Targon como ejemplo. Targon, conocida como Subred 4, ofrece inferencia empresarial a escala. Opera con decenas de millones de dólares en hardware de Nvidia y genera más de $10M al año de clientes que usan el sistema. Eso es un negocio funcional, no un simple tráiler promocional.
Chutes construye computación serverless que replica la infraestructura cloud. Celium generó más de $1M en pocos meses. Ridges lleva la precisión en programación cerca de modelos punteros. Dippy ya funciona con millones de usuarios en producción.
No son bocetos en una hoja de ruta. Son sistemas en funcionamiento que entregan resultados sin promesas teatrales. La cripto de 2021 solía anunciar metaversos que nunca se materializaban. Los equipos de Bittensor entregan productos de IA que existen hoy.
Por qué importa el diseño del token de Bittensor
La transparencia en el suministro juega un papel clave en la conversación. El token de Bittensor tiene un límite máximo de 21M TAO. Ese número nunca cambia. La simplicidad de ese modelo atrae a quienes se sintieron quemados por emisiones ocultas o estructuras de emisión ilimitada usadas para drenar valor en épocas anteriores.
Andy ττ insiste en que TAO no se plantea como un coleccionable. Se posiciona como un activo base escaso bajo una red que produce algo tangible. Las subredes proveen inteligencia. La inteligencia genera ingresos. Esos ingresos sostienen los tokens de las subredes y la demanda de computación. TAO conecta todo el ecosistema.
Esto es lo opuesto al ciclo de 2021, donde los tokens dependían del hype para generar presión compradora. Bittensor depende del uso.
Por qué la comparación con 2021 resulta inevitable
La gente sigue llevando cicatrices del ciclo anterior. Muchos oyen hablar de un nuevo proyecto y asumen que el patrón está a punto de repetirse. Esa suposición tiene sentido. Vivieron un momento en el que las emociones eran armas.
Andy ττ sostiene que la pregunta debería cambiar. En vez de preguntar cuál será el próximo meme, pregunta qué sistemas producen algo valioso. Pregunta quién paga. Pregunta adónde fluye el dinero. Pregunta si el token central cumple una función real o es solo un gráfico de trading.
Lee también: La resurrección de las altcoins ha comenzado… pero solo si un número se vuelve parabólico
Estas preguntas definen si la industria avanza. También explican por qué las conversaciones sobre el token de Bittensor y el precio de TAO siguen creciendo. El interés no viene del hype. Viene de la posibilidad de que una red cripto finalmente pueda ofrecer algo más sólido que la especulación.
Bittensor aspira a construir inteligencia descentralizada a escala global. Los modelos se entrenan, comparten valor y compiten con incentivos estructurados en torno al token TAO. Cada pieza de la red existe para el output de IA, no para los ciclos de tendencia.
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La entrada Bittensor (TAO) podría finalmente resolver las limitaciones de las criptomonedas de 2021: esto es lo que está construyendo apareció primero en CaptainAltcoin.
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Bittensor (TAO) podría finalmente resolver las limitaciones de las criptomonedas de 2021: esto es lo que está construyendo
La criptomonedas transmitía una energía extraña en 2021. Los precios se dispararon, las redes sociales estaban saturadas y todo el mundo parecía convencido de que el mundo digital evolucionaba de la noche a la mañana. La realidad, sin embargo, era diferente entre bastidores. La confianza se desangraba de la industria a una velocidad récord. Los estafadores se marcharon con $14 mil millones a través de rug pulls, esquemas Ponzi y relatos ingeniosos disfrazados de innovación. El crash no solo borró carteras, también borró la confianza.
Un comentarista de Bittensor conocido como Andy ττ en X habla abiertamente sobre esta historia y el daño que causó. Su comentario hace algo más: habla sobre lo que Bittensor (TAO) podría ofrecer como respuesta a todo lo que salió mal. Sus hilos mezclan el pasado y la posibilidad de algo diferente con Bittensor.
La razón por la que las discusiones sobre Bittensor siguen creciendo no es por el hype. La conversación cambia porque su estructura rompe los patrones que destrozaron la confianza en 2021. El token de Bittensor llamado TAO se sitúa en el centro de una red diseñada para inteligencia artificial. El foco no es la especulación. El foco son los servicios de IA con clientes reales y resultados medibles.
Andy ττ vuelve a este punto a lo largo de su página. Repite que Bittensor no se parece al manual de 2021. El dinero no entra en el sistema por la emoción del minorista. El dinero entra a través de empresas, desarrolladores y equipos que pagan por cargas de trabajo de IA. Ese ingreso retorna a las economías de las subredes que dependen del token de Bittensor.
El precio de TAO suele convertirse en un punto de referencia durante las discusiones, no como una promesa, sino como reflejo de la actividad de la red. La gente pregunta por el precio de Bittensor porque quiere entender si la demanda de inteligencia se traduce en demanda de computación.
Por qué sigo hablando de $TAO. Hablando claro: 2021 no eliminó a los inversores débiles. Robó a la gente a ciegas y quemó la confianza hasta los cimientos. 14 mil millones de dólares robados solo en 2021. 2,8 mil millones de eso fueron rug pulls. Más de 46.000 víctimas reportadas a la FTC. Más de 1.000 millones en… pic.twitter.com/Iu1a5vQOso
— Andy ττ (@bittingthembits) 3 de diciembre de 2025
Ingresos del mundo real en lugar de promesas digitales
Bittensor funciona sobre subredes creadas por equipos independientes. Cada subred ofrece un servicio útil de IA que los clientes pueden pagar. Ahí es donde la diferencia es más notable. Los proyectos de 2021 vendían sueños. Estos equipos venden computación.
Andy ττ usa Targon como ejemplo. Targon, conocida como Subred 4, ofrece inferencia empresarial a escala. Opera con decenas de millones de dólares en hardware de Nvidia y genera más de $10M al año de clientes que usan el sistema. Eso es un negocio funcional, no un simple tráiler promocional.
Chutes construye computación serverless que replica la infraestructura cloud. Celium generó más de $1M en pocos meses. Ridges lleva la precisión en programación cerca de modelos punteros. Dippy ya funciona con millones de usuarios en producción.
No son bocetos en una hoja de ruta. Son sistemas en funcionamiento que entregan resultados sin promesas teatrales. La cripto de 2021 solía anunciar metaversos que nunca se materializaban. Los equipos de Bittensor entregan productos de IA que existen hoy.
Por qué importa el diseño del token de Bittensor
La transparencia en el suministro juega un papel clave en la conversación. El token de Bittensor tiene un límite máximo de 21M TAO. Ese número nunca cambia. La simplicidad de ese modelo atrae a quienes se sintieron quemados por emisiones ocultas o estructuras de emisión ilimitada usadas para drenar valor en épocas anteriores.
Andy ττ insiste en que TAO no se plantea como un coleccionable. Se posiciona como un activo base escaso bajo una red que produce algo tangible. Las subredes proveen inteligencia. La inteligencia genera ingresos. Esos ingresos sostienen los tokens de las subredes y la demanda de computación. TAO conecta todo el ecosistema.
Esto es lo opuesto al ciclo de 2021, donde los tokens dependían del hype para generar presión compradora. Bittensor depende del uso.
Por qué la comparación con 2021 resulta inevitable
La gente sigue llevando cicatrices del ciclo anterior. Muchos oyen hablar de un nuevo proyecto y asumen que el patrón está a punto de repetirse. Esa suposición tiene sentido. Vivieron un momento en el que las emociones eran armas.
Andy ττ sostiene que la pregunta debería cambiar. En vez de preguntar cuál será el próximo meme, pregunta qué sistemas producen algo valioso. Pregunta quién paga. Pregunta adónde fluye el dinero. Pregunta si el token central cumple una función real o es solo un gráfico de trading.
Lee también: La resurrección de las altcoins ha comenzado… pero solo si un número se vuelve parabólico
Estas preguntas definen si la industria avanza. También explican por qué las conversaciones sobre el token de Bittensor y el precio de TAO siguen creciendo. El interés no viene del hype. Viene de la posibilidad de que una red cripto finalmente pueda ofrecer algo más sólido que la especulación.
Bittensor aspira a construir inteligencia descentralizada a escala global. Los modelos se entrenan, comparten valor y compiten con incentivos estructurados en torno al token TAO. Cada pieza de la red existe para el output de IA, no para los ciclos de tendencia.
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