El martes, el bitcóin y otras criptomonedas lideraron el rebote de los activos de riesgo, impulsados por un importante giro de la gestora de activos global Vanguard.
Tras el desplome del lunes, el martes el bitcóin recuperó con fuerza el nivel de los 90.000 dólares, con una subida diaria de más del 6%, mientras que Ethereum volvió a superar los 3.000 dólares. Al mismo tiempo, Trump insinuó que su asesor económico Kevin Hassett es un posible candidato para presidir la Reserva Federal. Sumado a la estabilización de la subasta de bonos japoneses, esto puso presión a la baja sobre los rendimientos de los bonos estadounidenses y el índice del dólar, aliviando la ansiedad sobre la liquidez del mercado y provocando un notable rebote de los activos de riesgo a nivel global.
Vanguard confirmó el martes que ahora sus clientes pueden comprar en su plataforma de corretaje ETFs y fondos de inversión de terceros expuestos a criptomonedas, como el iShares Bitcoin Trust ETF de BlackRock. Es la primera vez que este gigante de la gestión de activos, conocido por su filosofía inversora conservadora, abre el acceso a las criptomonedas a sus 8 millones de clientes de corretaje propios.
El analista de Bloomberg Eric Balchunas señaló que se trata del típico “efecto Vanguard”: en la primera jornada tras el cambio de rumbo, el bitcóin repuntó con fuerza al inicio de la sesión en Wall Street, y el IBIT de BlackRock superó los 1.000 millones de dólares en volumen negociado en solo 30 minutos, lo que demuestra que incluso los inversores conservadores desean añadir algo de “emoción” a sus carteras.
Hasta ahora, Vanguard se había negado rotundamente a entrar en el sector cripto, considerando que los activos digitales eran demasiado especulativos y volátiles, lo que no encajaba con su filosofía de carteras equilibradas a largo plazo. Este cambio refleja la presión sostenida de la demanda tanto minorista como institucional, así como el temor a perder oportunidades en un mercado de rápido crecimiento.
En un momento en el que BlackRock cosecha gran éxito con su ETF de bitcóin, la apertura de Vanguard —fiel al “bogelismo”— en esta nueva clase de activo tendrá un profundo impacto en los flujos de capital futuros.
El gran cambio de Vanguard: de “resistirse” a “abrirse”
El motor clave detrás de este giro en el sentimiento del mercado es el cambio de postura de Vanguard, la segunda mayor gestora de activos del mundo. Según confirmó Bloomberg, desde el martes Vanguard permite a los clientes con cuentas de corretaje comprar y negociar ETFs y fondos de inversión principalmente expuestos a criptomonedas (como el IBIT de BlackRock).
Esta decisión supone una clara concesión. Desde que en enero de 2024 EE. UU. aprobara el lanzamiento de ETFs spot de bitcóin, Vanguard había prohibido negociar estos productos en su plataforma alegando que los activos digitales son demasiado volátiles y especulativos, y que no son aptos para carteras a largo plazo. Sin embargo, dado que los ETFs de bitcóin han captado decenas de miles de millones de dólares en activos, y que el IBIT de BlackRock sigue gestionando 70.000 millones de dólares incluso tras caídas recientes, la demanda persistente de clientes (tanto minoristas como institucionales) ha forzado a Vanguard a cambiar de postura.
Además, el actual CEO de Vanguard, Salim Ramji, fue directivo de BlackRock y es un defensor de la tecnología blockchain desde hace tiempo, lo que se considera también un factor interno relevante en este cambio de política. Andrew Kadjeski, directivo de Vanguard, ha señalado que los ETFs de criptomonedas ya han superado la prueba de la volatilidad del mercado y que los procesos de gestión están ya maduros.
Sin embargo, Vanguard mantiene cierta cautela: la empresa ha dejado claro que por ahora no tiene planes de lanzar sus propios productos de inversión en criptomonedas, y que los productos apalancados o inversos de criptomonedas siguen excluidos de su plataforma.
El duelo entre los dos gigantes, ante una nueva reconfiguración
Esta decisión de Vanguard vuelve a poner en primer plano la rivalidad de tres décadas con BlackRock. Según el libro “La primera lección global sobre inversión en ETFs”, ambas empresas representan filosofías y modelos de negocio completamente distintos.
BlackRock representa la “técnica”. Su fundador Larry Fink, antiguo operador de bonos de élite, fundó BlackRock con la idea de “hacer mejores operaciones”. Su principal fortaleza reside en su potente sistema de gestión de riesgos “Aladdin” y en su gama completa de productos. Su filial iShares ofrece más de 400 ETFs que cubren todo tipo de activos globales. Para BlackRock, el ETF es una herramienta para satisfacer la demanda de los clientes y construir carteras, por lo que no excluye ninguna clase de activo. Ya sea impulsando la inversión ESG para esquivar el “riesgo climático” o siendo pionera en lanzar el ETF spot de bitcóin (el IBIT superó los 10.000 millones de dólares en solo 7 semanas, batiendo por mucho las previsiones de Vanguard y el récord de 3 años que tardó el ETF de oro), BlackRock siempre ha aspirado a ser el mejor “vendedor de palas” del mercado.
Vanguard se mantiene fiel al “camino”. Aunque su fundador John Bogle ya ha fallecido, su filosofía sigue siendo el alma de Vanguard: la mejor opción a largo plazo para los inversores es poseer índices que cubran el mercado más amplio posible, y la misión de Vanguard es reducir los costes al máximo. Gracias a su estructura de “propiedad mutualista” única, las comisiones de Vanguard son bajísimas, con solo unos 80 ETFs, principalmente centrados en grandes índices como VOO o VTI. Su base de clientes está compuesta principalmente por inversores a largo plazo y asesores financieros muy sensibles a las comisiones.
Las diferencias entre ambas empresas se han puesto de manifiesto en el caso del ETF spot de bitcóin. BlackRock solicitó su ETF ya en junio de 2023, y su IBIT superó los 10.000 millones de dólares en activos en solo 7 semanas, batiendo el récord del ETF de oro GLD por 3 años. Vanguard, en cambio, no ha permitido a sus clientes operar productos cripto de terceros hasta esta misma semana.
El mercado es realista. A medida que Vanguard se acerca e incluso podría superar a BlackRock en cuota de mercado de ETFs en EE. UU., el ETF spot de bitcóin se ha convertido en una variable clave. Ante la enorme ventaja de BlackRock en criptoactivos y la fuerte demanda de diversificación de los clientes, Vanguard finalmente ha optado por flexibilizar el acceso a estos productos.
Aunque el ajuste de política de Vanguard llega tarde, no se puede subestimar la demanda potencial de sus 8 millones de clientes de corretaje propios. Este cambio no solo puede influir en los flujos de capital a corto plazo, sino que también podría transformar la dinámica competitiva a largo plazo entre los dos grandes gigantes.
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Detrás del repunte global de los activos de riesgo: el gigante de la gestión de activos Vanguard Group se orienta hacia las criptomonedas
Autor: Ye Zhen, Wallstreetcn
El martes, el bitcóin y otras criptomonedas lideraron el rebote de los activos de riesgo, impulsados por un importante giro de la gestora de activos global Vanguard.
Tras el desplome del lunes, el martes el bitcóin recuperó con fuerza el nivel de los 90.000 dólares, con una subida diaria de más del 6%, mientras que Ethereum volvió a superar los 3.000 dólares. Al mismo tiempo, Trump insinuó que su asesor económico Kevin Hassett es un posible candidato para presidir la Reserva Federal. Sumado a la estabilización de la subasta de bonos japoneses, esto puso presión a la baja sobre los rendimientos de los bonos estadounidenses y el índice del dólar, aliviando la ansiedad sobre la liquidez del mercado y provocando un notable rebote de los activos de riesgo a nivel global.
Vanguard confirmó el martes que ahora sus clientes pueden comprar en su plataforma de corretaje ETFs y fondos de inversión de terceros expuestos a criptomonedas, como el iShares Bitcoin Trust ETF de BlackRock. Es la primera vez que este gigante de la gestión de activos, conocido por su filosofía inversora conservadora, abre el acceso a las criptomonedas a sus 8 millones de clientes de corretaje propios.
El analista de Bloomberg Eric Balchunas señaló que se trata del típico “efecto Vanguard”: en la primera jornada tras el cambio de rumbo, el bitcóin repuntó con fuerza al inicio de la sesión en Wall Street, y el IBIT de BlackRock superó los 1.000 millones de dólares en volumen negociado en solo 30 minutos, lo que demuestra que incluso los inversores conservadores desean añadir algo de “emoción” a sus carteras.
Hasta ahora, Vanguard se había negado rotundamente a entrar en el sector cripto, considerando que los activos digitales eran demasiado especulativos y volátiles, lo que no encajaba con su filosofía de carteras equilibradas a largo plazo. Este cambio refleja la presión sostenida de la demanda tanto minorista como institucional, así como el temor a perder oportunidades en un mercado de rápido crecimiento.
En un momento en el que BlackRock cosecha gran éxito con su ETF de bitcóin, la apertura de Vanguard —fiel al “bogelismo”— en esta nueva clase de activo tendrá un profundo impacto en los flujos de capital futuros.
El gran cambio de Vanguard: de “resistirse” a “abrirse”
El motor clave detrás de este giro en el sentimiento del mercado es el cambio de postura de Vanguard, la segunda mayor gestora de activos del mundo. Según confirmó Bloomberg, desde el martes Vanguard permite a los clientes con cuentas de corretaje comprar y negociar ETFs y fondos de inversión principalmente expuestos a criptomonedas (como el IBIT de BlackRock).
Esta decisión supone una clara concesión. Desde que en enero de 2024 EE. UU. aprobara el lanzamiento de ETFs spot de bitcóin, Vanguard había prohibido negociar estos productos en su plataforma alegando que los activos digitales son demasiado volátiles y especulativos, y que no son aptos para carteras a largo plazo. Sin embargo, dado que los ETFs de bitcóin han captado decenas de miles de millones de dólares en activos, y que el IBIT de BlackRock sigue gestionando 70.000 millones de dólares incluso tras caídas recientes, la demanda persistente de clientes (tanto minoristas como institucionales) ha forzado a Vanguard a cambiar de postura.
Además, el actual CEO de Vanguard, Salim Ramji, fue directivo de BlackRock y es un defensor de la tecnología blockchain desde hace tiempo, lo que se considera también un factor interno relevante en este cambio de política. Andrew Kadjeski, directivo de Vanguard, ha señalado que los ETFs de criptomonedas ya han superado la prueba de la volatilidad del mercado y que los procesos de gestión están ya maduros.
Sin embargo, Vanguard mantiene cierta cautela: la empresa ha dejado claro que por ahora no tiene planes de lanzar sus propios productos de inversión en criptomonedas, y que los productos apalancados o inversos de criptomonedas siguen excluidos de su plataforma.
El duelo entre los dos gigantes, ante una nueva reconfiguración
Esta decisión de Vanguard vuelve a poner en primer plano la rivalidad de tres décadas con BlackRock. Según el libro “La primera lección global sobre inversión en ETFs”, ambas empresas representan filosofías y modelos de negocio completamente distintos.
BlackRock representa la “técnica”. Su fundador Larry Fink, antiguo operador de bonos de élite, fundó BlackRock con la idea de “hacer mejores operaciones”. Su principal fortaleza reside en su potente sistema de gestión de riesgos “Aladdin” y en su gama completa de productos. Su filial iShares ofrece más de 400 ETFs que cubren todo tipo de activos globales. Para BlackRock, el ETF es una herramienta para satisfacer la demanda de los clientes y construir carteras, por lo que no excluye ninguna clase de activo. Ya sea impulsando la inversión ESG para esquivar el “riesgo climático” o siendo pionera en lanzar el ETF spot de bitcóin (el IBIT superó los 10.000 millones de dólares en solo 7 semanas, batiendo por mucho las previsiones de Vanguard y el récord de 3 años que tardó el ETF de oro), BlackRock siempre ha aspirado a ser el mejor “vendedor de palas” del mercado.
Vanguard se mantiene fiel al “camino”. Aunque su fundador John Bogle ya ha fallecido, su filosofía sigue siendo el alma de Vanguard: la mejor opción a largo plazo para los inversores es poseer índices que cubran el mercado más amplio posible, y la misión de Vanguard es reducir los costes al máximo. Gracias a su estructura de “propiedad mutualista” única, las comisiones de Vanguard son bajísimas, con solo unos 80 ETFs, principalmente centrados en grandes índices como VOO o VTI. Su base de clientes está compuesta principalmente por inversores a largo plazo y asesores financieros muy sensibles a las comisiones.
Las diferencias entre ambas empresas se han puesto de manifiesto en el caso del ETF spot de bitcóin. BlackRock solicitó su ETF ya en junio de 2023, y su IBIT superó los 10.000 millones de dólares en activos en solo 7 semanas, batiendo el récord del ETF de oro GLD por 3 años. Vanguard, en cambio, no ha permitido a sus clientes operar productos cripto de terceros hasta esta misma semana.
El mercado es realista. A medida que Vanguard se acerca e incluso podría superar a BlackRock en cuota de mercado de ETFs en EE. UU., el ETF spot de bitcóin se ha convertido en una variable clave. Ante la enorme ventaja de BlackRock en criptoactivos y la fuerte demanda de diversificación de los clientes, Vanguard finalmente ha optado por flexibilizar el acceso a estos productos.
Aunque el ajuste de política de Vanguard llega tarde, no se puede subestimar la demanda potencial de sus 8 millones de clientes de corretaje propios. Este cambio no solo puede influir en los flujos de capital a corto plazo, sino que también podría transformar la dinámica competitiva a largo plazo entre los dos grandes gigantes.