Y todos los mineros recuerdan esa emoción, esa emoción de ver aparecer nuevos modelos ASIC en Mineshop presumiendo de un rendimiento incomparable, y todo, literalmente, se agota en cuestión de horas. El mercado ha generado tal interés a nivel mundial que, mezclado con la demanda, los cupos de fabricación y las estrategias de compra inteligentes, este fenómeno de ver modelos ASIC desaparecer de la noche a la mañana expone, al final, hasta qué punto la minería de alta tecnología ya ha empezado a transformarse en algo parecido a la ingeniería, la economía y la aventura, todo a la vez.
Una nueva fiebre del oro
En los primeros años, podías minar tus propios Bitcoin con solo tu portátil. Sin colas, sin preventas, sin fluctuaciones histéricas de precios. Hoy, la situación es muy diferente.
Cada vez que Bitmain, MicroBT o IceRiver lanzan hardware, estalla una auténtica locura de compras. Los rumores brillan, y los grupos de Telegram explotan con capturas de pantalla, mientras las páginas de pedidos se actualizan a la velocidad de la luz, como un trader bursátil tras un café.
Pero no es solo hype, es supervivencia.
Cada nueva generación de mineros ASIC trae consigo enormes mejoras en eficiencia, medida en julios por terahash (J/TH). Esto significa que, si tienes un ASIC un 10% más eficiente, estás hablando de ahorrar miles de euros cada año. Multiplica esto por granjas de escala masiva que devoran megavatios de energía y obtienes oro con cada punto porcentual de mejora en la eficiencia.
Por eso, en cuanto sale un nuevo modelo, la gente salta automáticamente a la acción.
La economía de la escasez
La rapidez con la que desaparecen los ASIC tiene más que ver con la oferta que con el marketing.
Por el contrario, los lotes de fabricación de ASIC son pequeños y dependen enormemente de los semiconductores. Los principales clientes de las fundiciones y los productos de mayor interés son compañías más grandes y chips de consumo masivo como teléfonos, aceleradores de IA y sensores automovilísticos, con los fabricantes de mineros compitiendo por tiempo de fabricación.
Esto genera un cuello de botella inmediato.
Cuando firmas como Bitmain o Whatsminer anuncian su nuevo modelo de alto rendimiento, sólo lanzan una pequeña remesa inicial. Los distribuidores y vendedores empiezan inmediatamente a competir entre sí, sabiendo que los mineros internacionales agotarán todas las unidades disponibles en cuestión de horas.
No es raro ver a una cooperativa de minería comprar cientos de unidades de una vez, haciendo que lotes enteros sean inalcanzables antes de que los compradores pequeños siquiera puedan echar un vistazo a los artículos que muestran “Añadir al carrito”.
Las ballenas y las listas de espera
Mientras tanto, entre bambalinas, las grandes granjas tienen un poder de compra considerable. Algunas negocian acuerdos privados de preventa meses antes del anuncio oficial.
Estos “pedidos ballena” pueden incluir precios preferenciales, envíos exprés o, sí, unidades de lanzamiento anticipado. Para los mineros a pequeña escala, esto puede significar esperar, recurriendo quizá al mercado secundario con precios un 30-50% por encima del retail.
Pero las listas de espera siguen llenas. ¿Por qué? Porque sigue valiendo la pena esperar.
Un minero un 15% más eficiente se amortiza mucho antes, y esto es cierto incluso cuando los precios del mercado son altos. La diferencia de rendimiento es la que marca la diferencia en un negocio de márgenes ajustados.
Por eso muchos mineros confían en proveedores experimentados especializados en hardware auténtico y procesos transparentes, en lugar de depender de vendedores aleatorios durante los ciclos de alta demanda. Estos proveedores ayudan a reducir incertidumbres, gestionan correctamente las garantías y filtran las unidades dudosas que suelen aparecer cuando el hardware escasea.
Cuando la eficiencia es obsesión
Cada nueva generación de ASIC sube la apuesta.
El minero de alto rendimiento en 2023 consumía unos 25 J/TH. Actualmente, en 2025, incluso los diseños “tope de gama” con refrigeración líquida alcanzan límites aparentemente imposibles: menos de 16 J/TH. Esto no solo maximiza la rentabilidad, sino que redefine el cálculo del ROI.
Imagina un centro de datos con 1.000 ordenadores consumiendo 3 MW de energía. El cambio a ordenadores de nueva generación puede suponer un ahorro de cientos de miles de euros en costes energéticos cada año. Por eso no sorprende la emoción de los mineros ante cada nuevo lanzamiento.
Es una carrera armamentística que impulsa la misma mentalidad que en otras categorías—lanzamientos de ediciones limitadas, tarjetas gráficas, relojes de lujo, etc.—donde existe una altísima demanda y una oferta mínima.
Aquí, los premios no se determinan por puntos de estilo, sino por megavatios y euros.
La apuesta del mercado gris
Escasez y oportunismo van de la mano.
Los grupos de reventa falsos inundan canales de Telegram y webs anticuadas con mineros “en stock” a precios absurdos, la mayoría de los cuales son subastas de preventa disfrazadas de stock o directamente estafas. Los mineros que quieren envío inmediato pueden arriesgarse y acabar perdiendo tiempo, recibiendo mercancía dañada o sin garantía alguna.
Por eso los mineros suelen preferir proveedores establecidos y verificables dentro de la UE, que ofrecen trazabilidad, atención al cliente responsable y documentación apropiada—factores críticos cuando cada hora de inactividad afecta a los ingresos.
Dentro de esta carrera frenética por encontrar chips ASIC ultrabajos en consumo, la confianza es, sin duda, la mercancía más valiosa de todas.
Por qué importa
Incluso para conseguir hardware para minar, existe otra competencia: el envío.
El transporte internacional, sobre todo de Asia a Europa, sigue siendo bastante impredecible. La congestión en los puertos, la normativa regional y el despacho de aduanas pueden retrasar los envíos varias semanas.
Algunos pagan por transporte aéreo, otros piden en grandes cantidades para reducir el precio por unidad.
El suministro local es lo que mantiene vivas las operaciones en la UE. Tener mineros almacenados y listos para ser enviados en cualquier momento reduce los tiempos de espera de forma increíble y evita largos periodos de inactividad causados por fluctuaciones del mercado.
La fortaleza de una posición en el mercado no depende necesariamente de la velocidad, sino de la capacidad de maniobra. Si el mercado está alcista y el BTC sube de precio, cada día de inacción supone potencial perdido.
El caso de los modelos desaparecidos
Algunos modelos no solo se agotan, parecen esfumarse.
Los fabricantes retiran discretamente o renombran las máquinas para adaptarse a las nuevas normativas energéticas y/o prohibiciones de importación. En ocasiones, los modelos desaparecen del canal minorista y se distribuyen entre aliados industriales. Es casi magia: un día ves el Antminer X19 Hydro, y de repente aparece una nueva versión “Pro+” de la nada. Esto culmina en un entorno de mercado más cercano a la caza de reliquias que a la compra de electrónica. Coleccionistas y mineros independientes rastrean listados y fuentes del mercado secundario en busca de esos modelos “perdidos”, sin querer quedarse atrás en lo que podría ser su última oportunidad antes de que desaparezcan para siempre.
El mercado europeo es quizás uno de los lugares más activos en esta “búsqueda del tesoro”. Los mercados energéticos fluctúan y los impuestos de importación a veces marcan la diferencia en el ROI. Sin embargo, fueron los mineros europeos quienes aprendieron a cronometrar los lanzamientos con máxima precisión—suscribiéndose a notificaciones de los fabricantes, accediendo a avisos privados y manteniendo frescas las páginas de los proveedores a diario.
Hoy, los proveedores de confianza actúan como hubs prácticos, verificando inventario, comprobando las cifras de eficiencia y ayudando a los mineros a decidir qué modelos ofrecen ROI a largo plazo en vez de hype a corto plazo.
Para los mineros con visión holística y perspectiva de ROI, esas alianzas pueden ser la clave del éxito—o el “oro”.
“¿Y si…?” y “¿cuándo?”, no “¿por qué?”
Los mineros, en el fondo de su éxito, tienen tres cualidades:
Paciencia—saber que las mejores máquinas merecen la espera.
La fiebre del oro ASIC ha recompensado a quienes apuestan a largo plazo. La verdad es que, en la minería, no es realmente el “oro” lo que importa—es lo que puedes seguir “minando”, por así decirlo, y lo que puede seguir funcionando sin problemas durante décadas.
No hay “GAME OVER”.
Aquí, cada seis meses, surgen nuevos “modelos” y, de nuevo, en todo el mundo, la gente se apresura a ser la primera en “clicar” en “comprar”. Y de repente, esos modelos “top” desaparecen en el aire—en granjas de minería, en “almacenes” condicionales, y en las manos de quienes fueron un poco más rápidos y preparados.
Negocio, obsesión, arte elevado. Pero detrás de todo esto, uno piensa, hay una verdad clara: que, como Bitcoin, la propia minería tiene sus recompensas, y esas recompensas llegan, si no a “ti”, al menos a quienes tienen disciplina, planes y objetivos claros.
No tanto, después de todo, “tesoros” en busca de “mineros”, sino “redes de minería”, “tesoros de red”, al menos “disciplina”, y “éxitos de las redes de minería”, todo “vale” su “dinero”, lo que queda, quizá, la última “búsqueda del tesoro”, y “cazadores”, mineros, al fin y al cabo, de alguna forma “todos”, “hechos”, “valen”, “amor”, y “dinero”, ¿quizá?
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
La gran búsqueda del tesoro ASIC: por qué algunos modelos desaparecen de la noche a la mañana
Y todos los mineros recuerdan esa emoción, esa emoción de ver aparecer nuevos modelos ASIC en Mineshop presumiendo de un rendimiento incomparable, y todo, literalmente, se agota en cuestión de horas. El mercado ha generado tal interés a nivel mundial que, mezclado con la demanda, los cupos de fabricación y las estrategias de compra inteligentes, este fenómeno de ver modelos ASIC desaparecer de la noche a la mañana expone, al final, hasta qué punto la minería de alta tecnología ya ha empezado a transformarse en algo parecido a la ingeniería, la economía y la aventura, todo a la vez.
Una nueva fiebre del oro
En los primeros años, podías minar tus propios Bitcoin con solo tu portátil. Sin colas, sin preventas, sin fluctuaciones histéricas de precios. Hoy, la situación es muy diferente.
Cada vez que Bitmain, MicroBT o IceRiver lanzan hardware, estalla una auténtica locura de compras. Los rumores brillan, y los grupos de Telegram explotan con capturas de pantalla, mientras las páginas de pedidos se actualizan a la velocidad de la luz, como un trader bursátil tras un café.
Pero no es solo hype, es supervivencia.
Cada nueva generación de mineros ASIC trae consigo enormes mejoras en eficiencia, medida en julios por terahash (J/TH). Esto significa que, si tienes un ASIC un 10% más eficiente, estás hablando de ahorrar miles de euros cada año. Multiplica esto por granjas de escala masiva que devoran megavatios de energía y obtienes oro con cada punto porcentual de mejora en la eficiencia.
Por eso, en cuanto sale un nuevo modelo, la gente salta automáticamente a la acción.
La economía de la escasez
La rapidez con la que desaparecen los ASIC tiene más que ver con la oferta que con el marketing.
Por el contrario, los lotes de fabricación de ASIC son pequeños y dependen enormemente de los semiconductores. Los principales clientes de las fundiciones y los productos de mayor interés son compañías más grandes y chips de consumo masivo como teléfonos, aceleradores de IA y sensores automovilísticos, con los fabricantes de mineros compitiendo por tiempo de fabricación.
Esto genera un cuello de botella inmediato.
Cuando firmas como Bitmain o Whatsminer anuncian su nuevo modelo de alto rendimiento, sólo lanzan una pequeña remesa inicial. Los distribuidores y vendedores empiezan inmediatamente a competir entre sí, sabiendo que los mineros internacionales agotarán todas las unidades disponibles en cuestión de horas.
No es raro ver a una cooperativa de minería comprar cientos de unidades de una vez, haciendo que lotes enteros sean inalcanzables antes de que los compradores pequeños siquiera puedan echar un vistazo a los artículos que muestran “Añadir al carrito”.
Las ballenas y las listas de espera
Mientras tanto, entre bambalinas, las grandes granjas tienen un poder de compra considerable. Algunas negocian acuerdos privados de preventa meses antes del anuncio oficial.
Estos “pedidos ballena” pueden incluir precios preferenciales, envíos exprés o, sí, unidades de lanzamiento anticipado. Para los mineros a pequeña escala, esto puede significar esperar, recurriendo quizá al mercado secundario con precios un 30-50% por encima del retail.
Pero las listas de espera siguen llenas. ¿Por qué? Porque sigue valiendo la pena esperar.
Un minero un 15% más eficiente se amortiza mucho antes, y esto es cierto incluso cuando los precios del mercado son altos. La diferencia de rendimiento es la que marca la diferencia en un negocio de márgenes ajustados.
Por eso muchos mineros confían en proveedores experimentados especializados en hardware auténtico y procesos transparentes, en lugar de depender de vendedores aleatorios durante los ciclos de alta demanda. Estos proveedores ayudan a reducir incertidumbres, gestionan correctamente las garantías y filtran las unidades dudosas que suelen aparecer cuando el hardware escasea.
Cuando la eficiencia es obsesión
Cada nueva generación de ASIC sube la apuesta.
El minero de alto rendimiento en 2023 consumía unos 25 J/TH. Actualmente, en 2025, incluso los diseños “tope de gama” con refrigeración líquida alcanzan límites aparentemente imposibles: menos de 16 J/TH. Esto no solo maximiza la rentabilidad, sino que redefine el cálculo del ROI.
Imagina un centro de datos con 1.000 ordenadores consumiendo 3 MW de energía. El cambio a ordenadores de nueva generación puede suponer un ahorro de cientos de miles de euros en costes energéticos cada año. Por eso no sorprende la emoción de los mineros ante cada nuevo lanzamiento.
Es una carrera armamentística que impulsa la misma mentalidad que en otras categorías—lanzamientos de ediciones limitadas, tarjetas gráficas, relojes de lujo, etc.—donde existe una altísima demanda y una oferta mínima.
Aquí, los premios no se determinan por puntos de estilo, sino por megavatios y euros.
La apuesta del mercado gris
Escasez y oportunismo van de la mano.
Los grupos de reventa falsos inundan canales de Telegram y webs anticuadas con mineros “en stock” a precios absurdos, la mayoría de los cuales son subastas de preventa disfrazadas de stock o directamente estafas. Los mineros que quieren envío inmediato pueden arriesgarse y acabar perdiendo tiempo, recibiendo mercancía dañada o sin garantía alguna.
Por eso los mineros suelen preferir proveedores establecidos y verificables dentro de la UE, que ofrecen trazabilidad, atención al cliente responsable y documentación apropiada—factores críticos cuando cada hora de inactividad afecta a los ingresos.
Dentro de esta carrera frenética por encontrar chips ASIC ultrabajos en consumo, la confianza es, sin duda, la mercancía más valiosa de todas.
Por qué importa
Incluso para conseguir hardware para minar, existe otra competencia: el envío.
El transporte internacional, sobre todo de Asia a Europa, sigue siendo bastante impredecible. La congestión en los puertos, la normativa regional y el despacho de aduanas pueden retrasar los envíos varias semanas.
Algunos pagan por transporte aéreo, otros piden en grandes cantidades para reducir el precio por unidad.
El suministro local es lo que mantiene vivas las operaciones en la UE. Tener mineros almacenados y listos para ser enviados en cualquier momento reduce los tiempos de espera de forma increíble y evita largos periodos de inactividad causados por fluctuaciones del mercado.
La fortaleza de una posición en el mercado no depende necesariamente de la velocidad, sino de la capacidad de maniobra. Si el mercado está alcista y el BTC sube de precio, cada día de inacción supone potencial perdido.
El caso de los modelos desaparecidos
Algunos modelos no solo se agotan, parecen esfumarse.
Los fabricantes retiran discretamente o renombran las máquinas para adaptarse a las nuevas normativas energéticas y/o prohibiciones de importación. En ocasiones, los modelos desaparecen del canal minorista y se distribuyen entre aliados industriales. Es casi magia: un día ves el Antminer X19 Hydro, y de repente aparece una nueva versión “Pro+” de la nada. Esto culmina en un entorno de mercado más cercano a la caza de reliquias que a la compra de electrónica. Coleccionistas y mineros independientes rastrean listados y fuentes del mercado secundario en busca de esos modelos “perdidos”, sin querer quedarse atrás en lo que podría ser su última oportunidad antes de que desaparezcan para siempre.
El mercado europeo es quizás uno de los lugares más activos en esta “búsqueda del tesoro”. Los mercados energéticos fluctúan y los impuestos de importación a veces marcan la diferencia en el ROI. Sin embargo, fueron los mineros europeos quienes aprendieron a cronometrar los lanzamientos con máxima precisión—suscribiéndose a notificaciones de los fabricantes, accediendo a avisos privados y manteniendo frescas las páginas de los proveedores a diario.
Hoy, los proveedores de confianza actúan como hubs prácticos, verificando inventario, comprobando las cifras de eficiencia y ayudando a los mineros a decidir qué modelos ofrecen ROI a largo plazo en vez de hype a corto plazo.
Para los mineros con visión holística y perspectiva de ROI, esas alianzas pueden ser la clave del éxito—o el “oro”.
“¿Y si…?” y “¿cuándo?”, no “¿por qué?”
Los mineros, en el fondo de su éxito, tienen tres cualidades:
Paciencia—saber que las mejores máquinas merecen la espera.
La fiebre del oro ASIC ha recompensado a quienes apuestan a largo plazo. La verdad es que, en la minería, no es realmente el “oro” lo que importa—es lo que puedes seguir “minando”, por así decirlo, y lo que puede seguir funcionando sin problemas durante décadas.
No hay “GAME OVER”.
Aquí, cada seis meses, surgen nuevos “modelos” y, de nuevo, en todo el mundo, la gente se apresura a ser la primera en “clicar” en “comprar”. Y de repente, esos modelos “top” desaparecen en el aire—en granjas de minería, en “almacenes” condicionales, y en las manos de quienes fueron un poco más rápidos y preparados.
Negocio, obsesión, arte elevado. Pero detrás de todo esto, uno piensa, hay una verdad clara: que, como Bitcoin, la propia minería tiene sus recompensas, y esas recompensas llegan, si no a “ti”, al menos a quienes tienen disciplina, planes y objetivos claros.
No tanto, después de todo, “tesoros” en busca de “mineros”, sino “redes de minería”, “tesoros de red”, al menos “disciplina”, y “éxitos de las redes de minería”, todo “vale” su “dinero”, lo que queda, quizá, la última “búsqueda del tesoro”, y “cazadores”, mineros, al fin y al cabo, de alguna forma “todos”, “hechos”, “valen”, “amor”, y “dinero”, ¿quizá?