“¿Por qué algunas mujeres prefieren suicidarse antes que divorciarse? Detrás del silencio, hay millones de noches y días de soledad en compensación”

La gente realmente necesita sentir que vive para sí misma en cualquier momento. Originalmente, hoy había quedado con mis amigas para recibir el Año Nuevo juntas, pero su hermana está amenazando con suicidarse.

Solo porque descubrió que su esposo le fue infiel. Todos estos años, desde que se casó, ha estado teniendo hijos sin parar, sin tener su propia vida.

Al escuchar esto, me dio un nudo en el corazón, recordé que su hermana antes también era una chica que amaba reír y lucir bien. Después de casarse, tuvo hijos uno tras otro, y su vida solo giraba en torno a ollas, platos, leche en polvo y pañales.

La última vez que la vi, ya no tenía brillo en los ojos, solo quedaba un cansancio profundo y un carácter que se quejaba constantemente.

Lo de la infidelidad de su esposo fue como la última gota, aplastando toda la tristeza, el esfuerzo y las expectativas acumuladas durante estos años. Ella dice que siente que ha vivido en vano todos estos años, que todo le da asco, que sería mejor morir para terminar con esto.

Escuchaba, pero las palabras se me quedaban en la garganta, quería decirle “si te separas, se acaba, ¿para qué tanto problema?”, pero me quedé en silencio. No he recorrido su camino, no entiendo su sufrimiento. A veces, la muerte del corazón no sucede de un día para otro, sino que es el resultado de miles de noches y días en los que uno se agota.

Esto me hizo reafirmar una cosa: las personas siempre deben tener una parte de su vida que vivan para sí mismas. Si en el futuro tengo una familia, también daré, pero debo dejar un espacio para mí, para leer, trabajar, estar en silencio, hacer cosas que me gustan. Porque cada vez entiendo más que lo que realmente puede sostenerte eres tú mismo.

Recuerdo que mi hermano me dijo una vez que primero debes ser tú misma, luego hija, amiga, pareja, y quizás en el futuro, madre. Cuando tienes muchos roles que te sostienen, no te derrumbas solo por uno de ellos, y toda tu vida no se desploma.

Vivir con claridad es más o menos así: primero estabilizarse a uno mismo, y luego dar calor a los demás. Solo cuando te sientes firme, tienes la fuerza para amar, y también puedes soportar los cambios repentinos de la vida.

Esta noche, que debería ser una celebración animada por el Año Nuevo, de repente se volvió muy tranquila. Me siento un poco pesada, pero también más clara. Todos debemos vivir bien, por nosotros mismos.