En este mercado en el que llevo tantos años, he descubierto una verdad que duele: la mayoría de las personas pierden dinero no porque no entiendan las velas o no sepan usar los indicadores. El verdadero problema son dos palabras: demasiada prisa.

Tener prisa por enriquecerse de la noche a la mañana, por ponerse al día con la tendencia, por no aceptar la pérdida, y con un toque de dedo, la orden se dispara. Antes de que la tendencia se complete, ya se ha salido uno mismo.

Muchos novatos piensan que pierden dinero por haber juzgado mal la dirección, pero en realidad no es así. El dinero en la cuenta ya ha sido lentamente consumido por comisiones y operaciones emocionalmente impulsivas. Seguir la tendencia alcista una vez, cortar en pérdidas otra vez, cada operación adicional es como entregar una ficha al mercado. Yo también cometí ese error.

En ese entonces, podía hacer más de diez operaciones al día, vigilando el mercado con más atención que en el trabajo. ¿Y el resultado? La curva de la cuenta solo tenía una dirección: hacia abajo. No era que el mercado me atacara, sino que yo operaba con ansiedad.

Luego comprendí una realidad muy dura: los verdaderos expertos en el mundo de las criptomonedas en realidad hacen pocas operaciones. No están comprando y vendiendo todos los días, sino que —cuando deben actuar, actúan— y —cuando no deben mover, esperan pacientemente—. Si el mercado no ha llegado a su punto, prefieren mantener sus monedas y observar; si la oportunidad no es clara, prefieren perderla. Mientras otros están muy ocupados, ellos esperan; cuando otros están eufóricos, ellos entran en el momento adecuado.

Al desacelerar, en realidad, logré entender muchas cosas. Ya no me dejo llevar por unas pocas velas, ni por las emociones del mercado, cada operación tiene una razón sólida y también un plan de salida preparado.

Las criptomonedas principales como Bitcoin y Ethereum no se tratan de quién tiene la mano más rápida, sino de quién puede resistir. Resistir sin hacer nada también es una estrategia de trading.