En 2025, el mercado mundial de commodities parecía haberse dividido en dos mundos por una cuchilla invisible.

Por un lado, los metales preciosos estaban en ebullición. El oro pasó de 2624.50 dólares/onza a 4338.76 dólares/onza desde principios de año, con un aumento de más del 65%; lo más sorprendente fue la plata, que subió de 28.91 dólares/onza a 74.731 dólares/onza, con una subida superior al 158%, convirtiéndose casi en la "caballo negro" del mercado de commodities de este año. Estos dos activos sirvieron tanto como herramientas de refugio como vehículos para contar historias de crecimiento económico.

Por otro lado, la situación era mucho más sombría. Los precios internacionales del petróleo continuaron cayendo bajo la presión de una oferta abundante y una demanda insuficiente, y toda la cadena de la industria del petróleo y gas, junto con las empresas cotizadas relacionadas, estaban bajo presión.

¿Pero por qué sucede esto? A simple vista, parece que las emociones del mercado están jugando una mala pasada, pero las causas profundas son más complejas: cambios en los ciclos macroeconómicos, transformaciones en la estructura industrial y ajustes en las expectativas políticas se entrelazan, formando finalmente esta escena de "hielo y fuego" en el mercado.

Detrás del auge de los metales preciosos, hay tres pistas que actúan simultáneamente. Primero, el riesgo geopolítico sigue sin resolverse, y la preocupación por la incertidumbre aumenta constantemente, lo que naturalmente impulsa las compras de refugio en oro y plata. En segundo lugar, los problemas de deuda global se vuelven más apremiantes, y el espacio de política de los bancos centrales se ve limitado. Tercero, en mercados de menor escala como la plata, la entrada de fondos amplifica varias veces la elasticidad de la subida, lo que también explica por qué su aumento supera ampliamente al del oro.

En comparación, la situación del petróleo es otra historia. La demanda débil y la oferta abundante crean un escenario de "doble golpe" que impide una recuperación de los precios del petróleo. Con la optimización de la estructura energética y el aumento de la penetración de las energías renovables, la atracción de los combustibles fósiles tradicionales está en declive.