La publicación del acta de la reunión de diciembre de la Reserva Federal ha revelado una fuerte discordancia interna. Aunque ya se han realizado tres recortes de tasas en lo que va de año, los responsables de la toma de decisiones están en desacuerdo sobre los próximos pasos, en lo que se ha convertido en un "enfrentamiento" poco común en los últimos años. Por un lado, hay una vigilancia constante sobre la persistencia de la inflación, y por otro, una profunda preocupación por una posible rápida deterioración del mercado laboral. Esta tensión coloca a los formuladores de políticas en una situación difícil: reducir las tasas demasiado agresivamente podría provocar un rebote inflacionario, pero ser demasiado conservador podría desencadenar una recesión económica. Los 3 votos en contra en la última reunión ya han puesto en evidencia estas diferencias.
Lo interesante es que el mercado parece no confiar mucho en la narrativa oficial de la Reserva Federal. El propio gráfico de puntos de la Fed indica que en 2026 podría haber solo un recorte de tasas, pero los operadores reales están enviando señales contrarias con acciones concretas. Según las herramientas de futuros de fondos federales de CME, las apuestas del mercado de que al menos se verán 25 puntos básicos de recorte antes de marzo de 2026 superan el 50%. Incluso hay una probabilidad del 6.5% de que se produzca una reducción de 50 puntos básicos en una sola operación. El mercado es más optimista y más ansioso que los propios funcionarios de la Fed.
Pero esto no es lo más sorprendente. Lo que realmente impacta más que la trayectoria de las tasas es la próxima transición de liderazgo. El presidente Trump ya ha anunciado que planea nominar a un nuevo presidente de la Reserva Federal el próximo mes. Actualmente, hay dos candidatos principales con estilos completamente opuestos: uno es Kevin Warsh, exmiembro de la Junta de la Fed, de línea dura, que aboga por la independencia política y reformas profundas; el otro es Kevin Hasset, exasesor económico de la Casa Blanca, con una tendencia claramente dovish, que favorece estímulos fiscales y tasas de interés más laxas. Quienquiera que ocupe finalmente ese puesto, podría alterar por completo el ritmo de la política monetaria en 2025 e incluso en 2026, lo que sin duda tendrá un impacto profundo en los mercados globales.
Para los activos criptográficos, estos cambios en las variables macroeconómicas apuntan a una cuestión central: ¿cómo se moverá el "interruptor" de la liquidez global? La experiencia histórica nos dice que las expectativas de liquidez suelen ser un motor profundo del mercado de criptomonedas. Si las tasas se recortan más allá de lo esperado, o si el nuevo presidente favorece una política monetaria flexible, activos como Bitcoin y Ethereum podrían recibir un fuerte respaldo de narrativas macroeconómicas, lo que abriría un enorme espacio para las subidas.
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SolidityJester
· hace10h
Fricción en la Reserva Federal, el mercado no lo acepta, el próximo mes cambiarán de presidente... Este guion está demasiado bien elaborado, parece hecho a medida para el mundo cripto
Expectativa de recorte de tasas por encima de lo esperado -> liquidez se desborda -> BTC dispara al cielo, la lógica de este ciclo cerrado es increíble
¿Que Wosh o Hasset suban al poder? ¿Ambos son razones para que ganemos dinero?
Cuando Trump saque la lista, probablemente será el momento de despegar
Funcionarios de la Reserva Federal y traders en desacuerdo, a ver quién termina riendo más
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NoStopLossNut
· hace10h
División en la Reserva Federal, el mercado apostó por la dirección correcta, si Hasset sube al poder, ¡el Bitcoin realmente despegará!
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TokenomicsPolice
· hace10h
La lucha interna en la Reserva Federal es tan intensa, pero el mercado sigue apostando por una bajada de 50 puntos básicos, esa diferencia... es para partirse de risa, lo que realmente importa es quién elige Trump, si un halcón o un dovecote, eso decidirá directamente si BTC puede despegar
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MEVSandwichMaker
· hace10h
Luchas internas en la Reserva Federal, el mercado apuesta por recortes de tasas, cuando el nuevo presidente asuma todo se descontrola jaja, esta ola de BTC tiene posibilidades
La publicación del acta de la reunión de diciembre de la Reserva Federal ha revelado una fuerte discordancia interna. Aunque ya se han realizado tres recortes de tasas en lo que va de año, los responsables de la toma de decisiones están en desacuerdo sobre los próximos pasos, en lo que se ha convertido en un "enfrentamiento" poco común en los últimos años. Por un lado, hay una vigilancia constante sobre la persistencia de la inflación, y por otro, una profunda preocupación por una posible rápida deterioración del mercado laboral. Esta tensión coloca a los formuladores de políticas en una situación difícil: reducir las tasas demasiado agresivamente podría provocar un rebote inflacionario, pero ser demasiado conservador podría desencadenar una recesión económica. Los 3 votos en contra en la última reunión ya han puesto en evidencia estas diferencias.
Lo interesante es que el mercado parece no confiar mucho en la narrativa oficial de la Reserva Federal. El propio gráfico de puntos de la Fed indica que en 2026 podría haber solo un recorte de tasas, pero los operadores reales están enviando señales contrarias con acciones concretas. Según las herramientas de futuros de fondos federales de CME, las apuestas del mercado de que al menos se verán 25 puntos básicos de recorte antes de marzo de 2026 superan el 50%. Incluso hay una probabilidad del 6.5% de que se produzca una reducción de 50 puntos básicos en una sola operación. El mercado es más optimista y más ansioso que los propios funcionarios de la Fed.
Pero esto no es lo más sorprendente. Lo que realmente impacta más que la trayectoria de las tasas es la próxima transición de liderazgo. El presidente Trump ya ha anunciado que planea nominar a un nuevo presidente de la Reserva Federal el próximo mes. Actualmente, hay dos candidatos principales con estilos completamente opuestos: uno es Kevin Warsh, exmiembro de la Junta de la Fed, de línea dura, que aboga por la independencia política y reformas profundas; el otro es Kevin Hasset, exasesor económico de la Casa Blanca, con una tendencia claramente dovish, que favorece estímulos fiscales y tasas de interés más laxas. Quienquiera que ocupe finalmente ese puesto, podría alterar por completo el ritmo de la política monetaria en 2025 e incluso en 2026, lo que sin duda tendrá un impacto profundo en los mercados globales.
Para los activos criptográficos, estos cambios en las variables macroeconómicas apuntan a una cuestión central: ¿cómo se moverá el "interruptor" de la liquidez global? La experiencia histórica nos dice que las expectativas de liquidez suelen ser un motor profundo del mercado de criptomonedas. Si las tasas se recortan más allá de lo esperado, o si el nuevo presidente favorece una política monetaria flexible, activos como Bitcoin y Ethereum podrían recibir un fuerte respaldo de narrativas macroeconómicas, lo que abriría un enorme espacio para las subidas.