2025 será realmente un período difícil para el mercado de las criptomonedas. Bitcoin ha caído un 30% desde su máximo histórico, y todo el sector de las altcoins está hecho un desastre. En marcado contraste, los activos tradicionales están brillando: el oro ha subido un 70% en el año, y la plata un sorprendente 160%.

Esto refleja un cambio fundamental en el ciclo actual. En los ciclos alcistas anteriores de criptomonedas, los fondos minoristas eran los principales impulsores, y su entrada a menudo generaba olas enormes. Pero esta vez es diferente: la principal fuente de impulso en este ciclo proviene de capital institucional, fondos de activos digitales y aquellos grandes acumuladores de Bitcoin, mientras que el papel de los minoristas se ha vuelto más marginal.

La pregunta es: ¿por qué los inversores comunes se muestran reacios a las criptomonedas? La respuesta es bastante sencilla. Cuando los activos tradicionales y los metales preciosos pueden ofrecer rendimientos tan considerables, y el riesgo es mucho menor, la elección racional es clara. Y la experiencia histórica nos dice que los minoristas siempre pagan su "tasa de matrícula" cada vez que entran en el mercado.

Pero esta situación terminará cambiando. A largo plazo, el capital minorista volverá a fluir hacia el mercado de criptomonedas, pero de manera más concentrada: la mayor parte irá hacia Bitcoin, y luego hacia aquellos proyectos que realmente tengan valor. En cuanto a las altcoins sin fundamentos sólidos y las "monedas de concepto", probablemente ya no habrá muchos días en los que puedan atraer a los minoristas. El mercado se está volviendo cada vez más racional.