No esperaba que en Lugano, Suiza, pagar impuestos con $BTC ya fuera una operación cotidiana.
Más de trescientos comercios aceptan pagos en criptomonedas, para impuestos, tarifas de estacionamiento, matrícula escolar, todo con $BTC .
Las comisiones son mucho menores que las de las tarjetas de crédito, y además, se recibe un 10% en tokens de vuelta en las compras. Desde 2022 hasta ahora, el número de comercios participantes ha crecido un 140%.
Esto no es un piloto ni un concepto, sino una implementación real en toda la ciudad.
Al ver esta noticia, de repente recordé otra que vi hace unos días: Nueva Zelanda anunció que, a partir de 2027, las criptomonedas y la tecnología blockchain serán asignaturas obligatorias en los grados 1 a 10 a nivel nacional.
No es una optativa, sino una materia obligatoria, y los niños de 5 a 15 años comenzarán a aprender sobre billeteras digitales, principios de blockchain y riesgos del mercado.
Poner estas dos noticias juntas hace que sea muy evidente.
El mundo se está dividiendo en dos tipos de países: unos que todavía discuten si las criptomonedas deberían existir, y otros que ya las aceptan en todos los ámbitos, desde la educación hasta la aplicación práctica.
Pronto, los adolescentes en Nueva Zelanda aprenderán a usar billeteras digitales y gestionar sus activos; en Suiza, quizás más ciudades acepten pagos en criptomonedas, mientras que en otros lugares todavía puedan considerar las criptomonedas como una estafa.
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No esperaba que en Lugano, Suiza, pagar impuestos con $BTC ya fuera una operación cotidiana.
Más de trescientos comercios aceptan pagos en criptomonedas, para impuestos, tarifas de estacionamiento, matrícula escolar, todo con $BTC .
Las comisiones son mucho menores que las de las tarjetas de crédito, y además, se recibe un 10% en tokens de vuelta en las compras. Desde 2022 hasta ahora, el número de comercios participantes ha crecido un 140%.
Esto no es un piloto ni un concepto, sino una implementación real en toda la ciudad.
Al ver esta noticia, de repente recordé otra que vi hace unos días: Nueva Zelanda anunció que, a partir de 2027, las criptomonedas y la tecnología blockchain serán asignaturas obligatorias en los grados 1 a 10 a nivel nacional.
No es una optativa, sino una materia obligatoria, y los niños de 5 a 15 años comenzarán a aprender sobre billeteras digitales, principios de blockchain y riesgos del mercado.
Poner estas dos noticias juntas hace que sea muy evidente.
El mundo se está dividiendo en dos tipos de países: unos que todavía discuten si las criptomonedas deberían existir, y otros que ya las aceptan en todos los ámbitos, desde la educación hasta la aplicación práctica.
Pronto, los adolescentes en Nueva Zelanda aprenderán a usar billeteras digitales y gestionar sus activos; en Suiza, quizás más ciudades acepten pagos en criptomonedas, mientras que en otros lugares todavía puedan considerar las criptomonedas como una estafa.
¿Cómo será esta división en el futuro?