Recientemente, una perspectiva sobre el mercado de metales preciosos ha generado muchas reflexiones. Algunos analistas predicen que para 2026, el oro podría alcanzar los 10,000 dólares y la plata los 200 dólares, una predicción que parece realmente audaz y sorprendente.
Con el precio actual del oro en torno a 4,500 dólares, esto implica que tendría que multiplicarse por más de dos. Sin mencionar el aumento potencial de la plata. Esto supera con creces las expectativas de los conservadores en Wall Street.
¿De dónde surge una evaluación tan audaz? La clave no está en la inflación en sí misma, sino en algo más profundo: el sistema de confianza en las monedas globales está en proceso de cambio.
Tradicionalmente, el oro se consideraba un producto, permaneciendo tranquilamente en la categoría de materias primas. Pero ahora su papel está en transformación. Está convirtiéndose en una herramienta de refugio en la geopolítica, un activo de protección contra riesgos de crédito soberano. Cuando el dólar se usa como arma, los bancos centrales y fondos soberanos de todo el mundo comienzan a reconsiderar la asignación de activos. Imagina que estas instituciones con grandes recursos realmente elevan la participación del oro de una posición marginal a un activo estratégico central; la cantidad de capital que podría fluir sería aterradora.
El problema radica en la oferta. La producción mundial de oro ya ha entrado en una fase de crecimiento estable, y la producción se mantiene bastante constante. Esto crea un clásico desajuste entre oferta y demanda: la demanda potencial podría crecer como una ola, mientras que la producción está limitada.
Esta lógica puede parecer algo extrema, pero la dirección que señala vale la pena considerarla. En el contexto de una descentralización global y una reestructuración del orden, el oro ha sido redefinido: se ha convertido en un indicador de la presión sobre el sistema de crédito global.
Aquí hay una línea paralela interesante. Bitcoin ha estado compitiendo por el estatus de "oro digital", y la evolución del papel del oro en esta era en realidad cuenta la misma historia: la confianza en el sistema monetario centralizado tradicional está tambaleándose. Cuando la confianza en el crédito soberano fluctúa, el capital naturalmente buscará aquellos instrumentos de almacenamiento de valor que no sean soberanos.
Independientemente de hasta dónde pueda llegar esta predicción, nos ofrece una perspectiva para entender el futuro del mercado: en una era de reestructuración del sistema de crédito, la definición de activos seguros y de refugio está siendo reescrita.
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OnchainHolmes
· 12-26 10:54
La cuestión de la descoordinación entre oferta y demanda realmente tiene su importancia; si los bancos centrales realmente se suben al carro del oro en conjunto, eso definitivamente explotaría
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LidoStakeAddict
· 12-26 10:46
Satoshi Nakamoto diseñó Bitcoin con esta lógica, y ahora el oro también empieza a desempeñar este papel, irónico pero razonable
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MissingSats
· 12-26 10:42
La descoordinación entre oferta y demanda es la clave, ¿verdad? La producción está completamente estancada, mientras que la demanda sigue aumentando, esa lógica no tiene fallos.
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¯\_(ツ)_/¯
· 12-26 10:33
La descoordinación entre oferta y demanda es realmente fuerte, si el banco central realmente toma el oro como un activo principal, sería genial.
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TopEscapeArtist
· 12-26 10:32
¿Doblar? Por ahora no veo que en el análisis técnico aparezca un cruce dorado claro en el MACD, tanta predicción agresiva probablemente sea otra trampa para atrapar a los que compran en los niveles altos
Que el precio del oro suba a 10,000, por muy buena que sea la historia del lado de la oferta, es inútil, los picos históricos suelen ser el techo de los indicadores de sentimiento
Solo si el banco central realmente interviene sería digno de atención, ahora todavía hay muchas señales de peligro
El oro y Bitcoin se han convertido en activos de refugio, lo que indica que el sistema realmente tiene problemas, esa lógica la creo
Pero, ¿cómo se establece el nivel de stop-loss? La descoordinación entre oferta y demanda siempre parece tener algo que no cuadra
Recientemente, una perspectiva sobre el mercado de metales preciosos ha generado muchas reflexiones. Algunos analistas predicen que para 2026, el oro podría alcanzar los 10,000 dólares y la plata los 200 dólares, una predicción que parece realmente audaz y sorprendente.
Con el precio actual del oro en torno a 4,500 dólares, esto implica que tendría que multiplicarse por más de dos. Sin mencionar el aumento potencial de la plata. Esto supera con creces las expectativas de los conservadores en Wall Street.
¿De dónde surge una evaluación tan audaz? La clave no está en la inflación en sí misma, sino en algo más profundo: el sistema de confianza en las monedas globales está en proceso de cambio.
Tradicionalmente, el oro se consideraba un producto, permaneciendo tranquilamente en la categoría de materias primas. Pero ahora su papel está en transformación. Está convirtiéndose en una herramienta de refugio en la geopolítica, un activo de protección contra riesgos de crédito soberano. Cuando el dólar se usa como arma, los bancos centrales y fondos soberanos de todo el mundo comienzan a reconsiderar la asignación de activos. Imagina que estas instituciones con grandes recursos realmente elevan la participación del oro de una posición marginal a un activo estratégico central; la cantidad de capital que podría fluir sería aterradora.
El problema radica en la oferta. La producción mundial de oro ya ha entrado en una fase de crecimiento estable, y la producción se mantiene bastante constante. Esto crea un clásico desajuste entre oferta y demanda: la demanda potencial podría crecer como una ola, mientras que la producción está limitada.
Esta lógica puede parecer algo extrema, pero la dirección que señala vale la pena considerarla. En el contexto de una descentralización global y una reestructuración del orden, el oro ha sido redefinido: se ha convertido en un indicador de la presión sobre el sistema de crédito global.
Aquí hay una línea paralela interesante. Bitcoin ha estado compitiendo por el estatus de "oro digital", y la evolución del papel del oro en esta era en realidad cuenta la misma historia: la confianza en el sistema monetario centralizado tradicional está tambaleándose. Cuando la confianza en el crédito soberano fluctúa, el capital naturalmente buscará aquellos instrumentos de almacenamiento de valor que no sean soberanos.
Independientemente de hasta dónde pueda llegar esta predicción, nos ofrece una perspectiva para entender el futuro del mercado: en una era de reestructuración del sistema de crédito, la definición de activos seguros y de refugio está siendo reescrita.