Tras años en el mercado de criptomonedas, he visto a demasiadas personas cometer el mismo error una y otra vez.

¿Lo más común? Que la cuenta se reduzca de unos pocos miles a unos pocos cientos, e incluso menos. A menudo no pierden todo de una vez, sino que van pisando el freno en el momento equivocado, siendo lentamente consumidos por el mercado como una rana en agua caliente que se va calentando poco a poco.

Estas personas generalmente no carecen de capacidad de análisis del mercado, sino de autodisciplina. Cuando su dirección de mercado es incorrecta, empiezan a apalancarse, apostando en exceso, como un jugador, esperando que la tendencia se revierta para salvarse. ¿El resultado? Cuanto más aguantan, menos capital tienen, y al final solo pueden salir con una mala cara.

He visto a alguien salir de una situación difícil en tres meses, no porque el mercado subiera de repente, sino porque cambió un conjunto de hábitos de trading mortales.

Él empezó a seguir varias reglas de hierro: usar como máximo el 30% del capital en cada operación, nunca arriesgar todo; asegurar las ganancias inmediatamente, sin soñar con precios más altos; salir en cuanto se equivoque en la predicción, sin buscar excusas; y en mercados que no entiende, preferir mantener la posición en efectivo y esperar.

Las últimas dos semanas han sido difíciles, porque antes operaba todos los días, y ahora pasa mucho tiempo esperando. Es normal sentirse frustrado. Pero si perseveras, los resultados aparecen. Después de tres meses, la cuenta empezó a recuperarse poco a poco, aunque todavía hay volatilidad, ya está en un rango controlable.

Esa es la verdadera barrera en el trading de criptomonedas.

Muchos novatos piensan que la dificultad está en la técnica—cómo leer las velas, cómo encontrar puntos de entrada. En realidad, la verdadera dificultad es si puedes mantener durante mucho tiempo un mismo método correcto. El mercado está abierto todos los días, las oportunidades nunca faltan. La diferencia no la marca quién empieza más alto, sino quién puede evitar cometer los mismos errores una y otra vez.

No apalancarse, no aguantar a toda costa, no soñar despierto. Parece simple, pero muy pocos logran hacerlo. Por eso, quienes mantienen estos tres principios, suelen durar más en el mercado. Incluso con poco capital inicial, pueden ir creciendo lentamente y crear su propio espacio para sobrevivir.