Adentrarse en el mundo de las criptomonedas revela fenómenos interesantes.

Muchos comienzan a volverse "ahorradores" — no se atreven a comprar ropa o zapatos, pero en un abrir y cerrar de ojos se lanzan a comprar todo tipo de nuevas monedas. El teléfono casi se convierte en el centro de su vida, mirando cada día los gráficos de K-line, mientras que otros pasatiempos desaparecen por completo. Los círculos sociales en la vida real se vuelven cada vez más fríos, mientras que en los grupos de criptomonedas la popularidad está por las nubes.

Algunos inversores incluso sueñan con que los manipuladores del mercado hagan caídas de precios y grandes velas negras, despertándose sudando frío por el susto. Pero lo irónico es que, en las conversaciones del grupo, todos hablan de autos de lujo y mansiones — cada uno se autodenomina "Señor de las 10,000 monedas", hablando con tono agradable, en un ambiente increíblemente animado. Aunque en realidad no tienen mucho dinero en sus bolsillos, son hipnotizados por esa imaginación colectiva y creen que solo les falta un gran movimiento para hacerse ricos de la noche a la mañana.

Esta es la realidad del mercado de criptomonedas en la actualidad. La fluctuación de la psicología de inversión, los sueños de los participantes del mercado y la brecha con la realidad se reflejan en estos detalles cotidianos.