Mirando a la red social descentralizada para 2025, es como un gran mercado global sin días de descanso. Cada contenido que se publica es como un puesto más en la feria. En este mercado, la lógica de las propinas está cambiando silenciosamente.

Antes, los creadores recibían principalmente propinas en tokens nativos. La verdad, esa experiencia no era muy buena. El precio de los tokens subía y bajaba, y la propina que recibías hoy podría reducirse a la mitad mañana. Es como recibir agua en una tormenta: no sabes cuánta quedará mañana.

La situación ahora es diferente. Después de la aparición de stablecoins descentralizadas con sobrecolateralización como USDD, los creadores tienen un punto de referencia de valor confiable. Las propinas ya no son una "tendencia en electrocardiograma", sino una medida de valor relativamente estable. Esto es muy importante para los creadores de contenido que dependen de las propinas para vivir.

¿Por qué es tan importante este cambio? El núcleo del problema en la socialización Web3 es bastante simple: la economía de los creadores se basa en el intercambio de valor, pero si el valor del medio de intercambio fluctúa todos los días, es muy difícil centrarse en la creación a largo plazo. Los creadores no pueden planificar con ingresos estables, y toda la confianza en el ecosistema se tambalea.

El auge de USDD no es casualidad. Detrás de ello hay tanto un impulso lógico técnico como un llamado de la psicología del mercado.

Desde un punto de vista técnico, USDD es muy diferente de las stablecoins que dependen en gran medida de respaldo de instituciones centralizadas. ¿Qué temen más los creadores que publican en plataformas resistentes a la censura? Que las propinas que reciben sean congeladas de repente. Si en algún momento las propinas en USDD desaparecieran por orden de un emisor centralizado, el propósito de Web3 se perdería. Pero USDD, basado en mecanismos de sobrecolateralización en redes como TRON, evita precisamente ese riesgo. Sin un "botón de congelación" centralizado, las propinas pertenecen realmente a los creadores.

Esta diferencia, aunque parezca un detalle, en realidad determina la base de confianza en todo el ecosistema de propinas sociales. La carga de valor estable y la propiedad sin permisos, combinadas, crean una base más sólida para la economía de los creadores.