Estos últimos dos meses, el precio de Bitcoin ha estado bastante flojo, y las críticas en las redes sociales se han centrado en una determinada empresa cotizada y su fundador. La ola de críticas crece cada día, y el pesimismo impregna todo el mercado.

La raíz del problema radica en que las acciones de esa empresa han caído demasiado. Desde los 456 dólares en julio de 2025, hasta por debajo de 160 dólares, con una caída superior al 65%. Los inversores empiezan a preocuparse por lo peligroso que puede ser la estrategia de la compañía de endeudarse para comprar criptomonedas en un mercado bajista. Venta masiva, dilución, liquidación: en los foros circulan constantemente expectativas de pánico.

Lo que resulta aún más impactante es que hace poco, en Polymarket, el 61% de los operadores apostaron a que esa empresa sería eliminada del índice MSCI antes de marzo de . Esa cifra resulta algo alarmante, y la incertidumbre en el mercado continúa en aumento.

Pero aquí hay un giro interesante. La empresa de análisis en cadena Santiment señala que cuando el sentimiento bajista hacia una figura conocida o una compañía alcanza extremos y se vuelve una expectativa unánime, generalmente eso indica que el mercado está cerca de tocar fondo. La lógica es sencilla: cuanto más extremo sea el pánico, más completamente los pequeños inversores venden sus participaciones, y la presión de venta finalmente se agota. Esa es la regla de oro de la inversión contraria.

Lo interesante es que esa misma empresa también ha detectado riesgos. Según datos en cadena, han desacelerado su ritmo de compra de Bitcoin y han acumulado una gran reserva de efectivo en dólares, suficiente para cubrir más de un año de dividendos e intereses. Los planes financieros recientemente revelados también muestran que tienen un plan de contingencia: en caso de ser necesario, pueden vender parte de sus Bitcoin o usar derivados para hacer coberturas de riesgo.

En definitiva, cuando todos están llenos de críticas y el sentimiento del mercado ha tocado fondo, esas peores expectativas ya pueden estar casi digeridas. Cualquier noticia positiva podría cambiar la percepción del mercado por completo. Actualmente, esta ola de pesimismo quizás esté preparando las condiciones para una recuperación. El riesgo de caída ya se ha reducido casi por completo, y en cambio, podrían estar gestándose nuevas oportunidades.