El Banco de Japón esta vez va en serio: ha subido los tipos de interés directamente al 0,5%, despidiéndose por completo de la era de los tipos negativos. Esto no es ninguna broma; la liquidez global se ha endurecido al instante.

En resumen, el carry trade del yen ya no funciona. Antes, todo el mundo pedía prestado yenes como loco (el coste era prácticamente cero), los cambiaba por dólares y los metía en Bitcoin o en otros activos de alto riesgo para sacar beneficio. Así es como se montaban los mercados alcistas. ¿Ahora? El coste de endeudarse se ha disparado, el margen de arbitraje se ha reducido y el dinero se retira más rápido que los conejos. Bitcoin se ha desplomado más de un 20% en una semana y su capitalización de mercado ha evaporado más de un 10%.

El mercado cripto ya de por sí es adicto al apalancamiento, así que en cuanto surge el pánico la volatilidad se dispara. Ethereum, SOL y otras altcoins han sufrido todavía más.

¿Y de cara al futuro? A corto plazo, la aversión al riesgo a nivel global está por las nubes; aunque la Reserva Federal baje tipos, no basta para aguantar la presión del retorno del yen, así que es muy probable que en diciembre sigamos en un mercado lateral y difícil. Pero si miramos a largo plazo, no tiene por qué ser malo: si el yen se estabiliza, la demanda de activos refugio bajará y las criptomonedas, como activos resistentes a la inflación, podrían encontrar una ventana de rebote.

¿Lo más importante ahora? Controlar la exposición y vigilar de cerca los próximos movimientos del Banco de Japón. El invierno está a punto de terminar; el mercado alcista no se puede forzar, hay que tener paciencia.