Estos días el mercado tiene un aire raro.

Justo cuando parecía que había un conato de recuperación, una oleada de noticias inesperadas volvió a tirar el mercado abajo. En los grupos de minoristas solo se respira ansiedad: hay quien mira las velas del gráfico con tanta intensidad que casi atraviesa la pantalla con el dedo, dudando si debe cortar pérdidas y salirse. Y justo en este momento crítico, una de esas personalidades famosas por sus frases impactantes suelta: “La volatilidad a corto plazo es solo humo, la verdadera oportunidad se esconde en el pánico”.

Sinceramente, llevo ocho años en este sector, y he visto más ciclos de mercado que cantidad de sal he comido. Esta corrección, aunque parece aterradora en la superficie, en realidad no tiene grandes problemas a nivel de fundamentales.

Solo tienes que mirar los datos on-chain: las direcciones que acumulan las principales monedas siguen aumentando, no han parado. El flujo de fondos hacia las carteras institucionales también es estable, no ha habido una retirada brusca. ¿Qué significa esto? El dinero inteligente no ha huido, están aprovechando la corrección para acumular discretamente. Los impactos a corto plazo causados por el sentimiento y factores externos no tienen nada que ver con un auténtico colapso.

Eso de “no te asustes” suena sencillo, pero tiene su miga.

Si repasas el historial, cada vez que el mercado sufre una caída de este calibre por pánico, siempre aparecen dos bandos: unos gritan “se acerca el fin del mundo”, y otros, más calmados, dicen “es hora de comprar la caída”. ¿Y el resultado? Al final, los que se dejan llevar por las emociones venden en mínimos, mientras que quienes se mantienen firmes en su lógica se llevan el rebote. Así es el mercado cripto: el miedo y la avaricia se turnan al mando; cuanto más miedo tenga el resto, más suele ser el mejor momento para posicionarse.

Seguro que alguien preguntará: ¿entonces qué hacemos ahora?

Mi respuesta es recordar “las tres claves”: la primera, vigila tu posición, nunca te la juegues con todo tu capital, deja al menos un 30% en efectivo para casos extremos; segunda, mira los activos, céntrate en proyectos con casos de uso real y equipos sólidos, no toques shitcoins; y la tercera…

En el mercado nunca faltan las oscilaciones, lo que falta es gente capaz de mantener la cabeza fría durante ellas. Los datos no engañan, las emociones sí.