En el mundo cripto, las estafas y las jugadas sucias están a la orden del día, y hay todo tipo de trucos. Pero lo más gracioso es que, muchas veces, los propios estafadores acaban cayendo en trampas y terminan siendo las víctimas.
Empecemos por los negocios de dinero negro. Algunos delincuentes compran USDT utilizando fondos de origen dudoso, y mucha gente que ha hecho tratos con ellos ha visto sus cuentas bancarias congeladas. Pero estos traficantes de dinero negro no son tan listos; hay quienes han descubierto su modus operandi y se hacen pasar por compradores interesados. Cuando el traficante transfiere los tokens, el supuesto comprador desaparece sin dejar rastro y no paga ni un céntimo. El traficante, al ver que el dinero no era legal, no puede ni siquiera denunciarlo a la policía, y solo puede ver cómo pierde sus criptos.
Lo de las plataformas cross-chain es aún más surrealista. Un hacker logró sacar activos por valor de más de 600 millones de dólares de PolyNetwork, y después incluso dejó mensajes burlándose de las fallas de seguridad. ¿El resultado? Todo el sector, incluido cada exchange, se coordinó de inmediato y congeló todas las direcciones que utilizó para recibir los fondos, incluidos los USDT robados. Al final, aunque tenía el dinero, no podía gastarlo de ninguna manera y, sin salida, el hacker tuvo que devolverlo todo tal cual lo había recibido.
Y luego están las pequeñas exchanges, que desde el principio planean desaparecer con el dinero. Dicen que han sido víctimas de un hackeo, pero en realidad ya tenían preparado el reparto del botín. Sin embargo, las peleas internas por el dinero acaban mal: todos se sienten estafados. Uno de ellos, enfadado, va y llama a la policía, y al final todo el grupo acaba arrestado y el dinero recuperado.
Por último, los jóvenes que venden sus tarjetas bancarias. Creen que es una forma rápida y segura de ganar dinero, vendiéndolas a bandas de blanqueo. Pero después de usarlas, la banda corta el contacto y no paga nada de lo prometido. Estos chavales, además de trabajar en balde, se enfrentan a cargos legales por ayudar al blanqueo de capitales.
¿Quieres aprovecharte? En el mundo cripto, en las guerras entre estafadores nunca hay ganadores. Si cruzas la línea de la legalidad, al final el que pierde siempre eres tú.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
21 me gusta
Recompensa
21
9
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
0xLuckbox
· 12-10 00:22
Es una actitud de rendirse o no hacer esfuerzos.
Ver originalesResponder0
Ser_Liquidated
· 12-09 15:59
Quien juega con fuego, se quema.
Ver originalesResponder0
RugPullAlarm
· 12-09 06:29
La avaricia perjudica a uno mismo
Ver originalesResponder0
ForkMaster
· 12-09 06:28
En el mundo cripto no hay gente de fiar.
Ver originalesResponder0
MEVictim
· 12-09 06:16
Los malos recibieron su merecido.
Ver originalesResponder0
FOMOSapien
· 12-09 06:15
El que hace daño a otros, termina dañándose a sí mismo.
En el mundo cripto, las estafas y las jugadas sucias están a la orden del día, y hay todo tipo de trucos. Pero lo más gracioso es que, muchas veces, los propios estafadores acaban cayendo en trampas y terminan siendo las víctimas.
Empecemos por los negocios de dinero negro. Algunos delincuentes compran USDT utilizando fondos de origen dudoso, y mucha gente que ha hecho tratos con ellos ha visto sus cuentas bancarias congeladas. Pero estos traficantes de dinero negro no son tan listos; hay quienes han descubierto su modus operandi y se hacen pasar por compradores interesados. Cuando el traficante transfiere los tokens, el supuesto comprador desaparece sin dejar rastro y no paga ni un céntimo. El traficante, al ver que el dinero no era legal, no puede ni siquiera denunciarlo a la policía, y solo puede ver cómo pierde sus criptos.
Lo de las plataformas cross-chain es aún más surrealista. Un hacker logró sacar activos por valor de más de 600 millones de dólares de PolyNetwork, y después incluso dejó mensajes burlándose de las fallas de seguridad. ¿El resultado? Todo el sector, incluido cada exchange, se coordinó de inmediato y congeló todas las direcciones que utilizó para recibir los fondos, incluidos los USDT robados. Al final, aunque tenía el dinero, no podía gastarlo de ninguna manera y, sin salida, el hacker tuvo que devolverlo todo tal cual lo había recibido.
Y luego están las pequeñas exchanges, que desde el principio planean desaparecer con el dinero. Dicen que han sido víctimas de un hackeo, pero en realidad ya tenían preparado el reparto del botín. Sin embargo, las peleas internas por el dinero acaban mal: todos se sienten estafados. Uno de ellos, enfadado, va y llama a la policía, y al final todo el grupo acaba arrestado y el dinero recuperado.
Por último, los jóvenes que venden sus tarjetas bancarias. Creen que es una forma rápida y segura de ganar dinero, vendiéndolas a bandas de blanqueo. Pero después de usarlas, la banda corta el contacto y no paga nada de lo prometido. Estos chavales, además de trabajar en balde, se enfrentan a cargos legales por ayudar al blanqueo de capitales.
¿Quieres aprovecharte? En el mundo cripto, en las guerras entre estafadores nunca hay ganadores. Si cruzas la línea de la legalidad, al final el que pierde siempre eres tú.