La verdad es que el escenario de pagos con stablecoins resulta bastante interesante.

Personalmente, creo que las stablecoins son más adecuadas para las remesas transfronterizas, que es un mercado de billones de dólares. Piensa en todas esas personas que necesitan hacer transferencias internacionales: los bancos tradicionales son lentos y caros, y ahí es donde las stablecoins realmente pueden marcar la diferencia.

¿Pero para pagos locales? No necesariamente. Dentro de cada país ya existen sistemas de pago que están más que consolidados. En nuestro país tenemos Alipay y WeChat, y en EE. UU. las tarjetas de crédito y los cheques siguen siendo muy utilizados. Estos sistemas ya forman parte de la vida cotidiana, con hábitos de usuario, infraestructuras y marcos regulatorios muy maduros.

Así que, para que las stablecoins consigan hacerse un hueco en el ámbito de los pagos, deben encontrar su sitio: el segmento de las transacciones transfronterizas, donde realmente pueden brillar.