Una publicación en redes sociales, diez segundos, y de la nada se puede crear un token cuyo valor de mercado se dispara hasta los 5,3 millones de dólares; esto suena a ciencia ficción, pero en el mundo de las meme coins, es una realidad mágica que sucede todos los días.

El origen del asunto es tan simple que resulta absurdo: un expresidente publicó una queja sobre la NCAA en su propia plataforma social, y, de pasada, incluyó en la frase un "$BIG". Hay que saber que en el mundo cripto, el símbolo de dólar $ seguido de letras suele indicar el ticker de un token. Nada más publicarse ese mensaje, el mercado explotó: alguien olió la oportunidad.

La siguiente jugada fue una emboscada digna de manual. Diez segundos. Literalmente diez segundos. Usando la plataforma Bonk, alguien creó a toda velocidad en la red Solana un token llamado BIG. La comunidad enloqueció al instante, todos se preguntaban: "¿Es esto una señal?" El FOMO se propagó como un virus, 5148 direcciones de monedero se lanzaron de cabeza, y el precio del token se disparó en vertical.

¿Y después? Sucedió lo inevitable: el desplome. El valor de mercado cayó en picado desde su máximo de 5,3 millones de dólares hasta quedar en solo 360.000. Tras esta jugada, algunos se hicieron ricos, pero muchos más sufrieron grandes pérdidas.

Si revisas el historial, verás que este espectáculo no es nuevo. El flujo de atención y la controversia son motores naturales para fabricar riqueza; cada vez que aparece en redes sociales una palabra con el símbolo $ delante, un ticker bursátil, o incluso una simple abreviatura, se desata una nueva fiebre de shitcoins. La última vez fue con TrumpCoin, ahora ha sido BIG, y pronto llegará otro nombre nuevo.

Este episodio de BIG es, sin duda, el retrato más extremo y a la vez más realista del mercado de las meme coins. Muestra de forma descarada