Parece que los reguladores europeos están volviendo a apretar las tuercas a las grandes tecnológicas. Ahora Meta se ve obligada a ofrecer a los usuarios de la UE un control real sobre los anuncios personalizados, no solo una opción oculta, sino una elección verdaderamente significativa.
Este es precisamente el tipo de presión regulatoria que pone de manifiesto por qué las alternativas descentralizadas son importantes. Cuando las plataformas centralizadas controlan tus datos y monetizan tu atención sin transparencia, tú no eres el cliente, eres el producto. La UE está plantando cara y exigiendo soberanía del usuario sobre su información personal.
La coincidencia temporal también es interesante, ya que los proyectos Web3 siguen haciendo hincapié en la propiedad de los datos por parte del usuario y en modelos basados en el consentimiento. Los gigantes tecnológicos tradicionales están siendo arrastrados hacia principios que los defensores de blockchain llevan años defendiendo. Queda por ver si realmente cumplirán o si solo harán lo mínimo, pero la dirección está clara: los usuarios quieren recuperar el control.
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Parece que los reguladores europeos están volviendo a apretar las tuercas a las grandes tecnológicas. Ahora Meta se ve obligada a ofrecer a los usuarios de la UE un control real sobre los anuncios personalizados, no solo una opción oculta, sino una elección verdaderamente significativa.
Este es precisamente el tipo de presión regulatoria que pone de manifiesto por qué las alternativas descentralizadas son importantes. Cuando las plataformas centralizadas controlan tus datos y monetizan tu atención sin transparencia, tú no eres el cliente, eres el producto. La UE está plantando cara y exigiendo soberanía del usuario sobre su información personal.
La coincidencia temporal también es interesante, ya que los proyectos Web3 siguen haciendo hincapié en la propiedad de los datos por parte del usuario y en modelos basados en el consentimiento. Los gigantes tecnológicos tradicionales están siendo arrastrados hacia principios que los defensores de blockchain llevan años defendiendo. Queda por ver si realmente cumplirán o si solo harán lo mínimo, pero la dirección está clara: los usuarios quieren recuperar el control.