¿Por qué Bruselas se pone nerviosa cuando sale el nombre de Musk? Sencillo: es uno de los pocos multimillonarios que no se arrodilla a cambio de favores regulatorios. Mientras la mayoría de los gigantes tecnológicos colaboran con los burócratas de la UE para mantener un acceso fluido al mercado, Musk opera de forma distinta. Construyó su imperio sin necesitar su visto bueno, y esa independencia lo hace impredecible. No se puede influir en alguien que no necesita tu permiso para prosperar. En un mundo donde la mayoría de los grandes actores bailan al ritmo de las autoridades centrales, su postura refleja lo que muchos en el sector cripto llevan predicando años: el verdadero poder proviene de no ser controlable.