#比特币对比代币化黄金 ¿Recuerdas en 2015, cuando $BTC apenas pasaba de los dos mil?
Ahorré durante dos meses el sueldo y, tras pensarlo mucho, lo metí todo—veinte mil en total. Tres meses después, la cifra en la cuenta se había duplicado. Aquello fue como si me hubiera caído el cielo encima, y pensé: así también se puede ganar dinero.
La soberbia se contagia.
En 2017, empecé a buscar por todo el mundo las llamadas “oportunidades de multiplicar por cien”. Había un proyecto del que se hablaba maravillas en el círculo, decían que iba a hacer que todos alcanzaran la libertad financiera. En una semana subió diez veces. Miraba la pantalla cada día, viendo cómo subían los números, y la gente a mi alrededor me decía que asegurara las ganancias. Pero yo no quise hacer caso, pensaba que esto apenas empezaba.
¿El resultado? Una semana después, los responsables del proyecto desaparecieron y el precio de la moneda se desplomó hasta cero. Perdí cincuenta mil en cuestión de minutos. Aquella tarde me quedé sentado frente a la pantalla mucho tiempo, con las palmas sudorosas. El mercado me enseñó a la fuerza: el dinero que llega por suerte, tarde o temprano lo tienes que devolver con tu propia habilidad.
Luego me tomé un largo descanso. Volví en 2019, pero con otra mentalidad. Dejé de soñar y seguí solo tres reglas básicas:
Jugar solo con dinero que, si lo pierdes todo, no afecte a tu vida; La mayor parte del tiempo observar, solo actuar cuando la dirección esté clara y, si ganas, recuperar primero el capital; Antes de cada operación, anotar el punto de stop-loss en una libreta y, si llega, cortar sin esperanza de milagros.
Así, poco a poco, empecé de nuevo con treinta mil de capital y fui creciendo. No hubo leyendas de hacerse rico de la noche a la mañana, pero tampoco volví a liquidar la cuenta.
La lección más cara en el mundo cripto solo la entiendes perdiendo dinero. El dinero rápido es tentador, pero solo quienes sobreviven tienen derecho a ver lo que viene después.
Si oscurece, recuerda encender la luz: eso es disciplina. Si llueve, recuerda llevar paraguas: eso es el capital.
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MercilessHalal
· hace12h
Me rindo ante la historia de este tipo, pero hablando en serio, en 2017 también estuve allí. La codicia realmente puede matar a alguien.
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All-InQueen
· hace18h
Esa semana en la que tuve unos 50,000 yuanes, también la experimenté, realmente fue una lección que me costó la vida
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SpeakWithHatOn
· 12-08 07:43
Este tipo de verdad ha dado en el clavo, yo también pasé por aquella racha de los 50.000, y ahora que lo pienso todavía me acojona.
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MelonField
· 12-08 07:38
Lo que dice este tío es muy cierto, pero aprender a cortar pérdidas tras perder 50.000 yuanes sale un poco caro. Mi "matrícula" en 2018 me dolió aún más...
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OnChainDetective
· 12-08 07:27
Espera, el momento en que ese proyecto se desplomó en 2017... Tengo que revisar los datos en la cadena. Cincuenta mil yuanes desaparecieron en pocos minutos; detrás de esto seguramente hay indicios de que una ballena hizo dumping. No es posible que no haya quedado ningún registro de transferencia.
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SeeYouInFourYears
· 12-08 07:24
Yo también estuve en esa ola de 2017, ver a otros multiplicar por diez sus ganancias era imposible de aguantar... Al final, lo mismo, todo a cero.
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0xDreamChaser
· 12-08 07:20
Vaya, ¿no es esto una copia de mi situación en 2017? Me agota solo de verlo.
#比特币对比代币化黄金 ¿Recuerdas en 2015, cuando $BTC apenas pasaba de los dos mil?
Ahorré durante dos meses el sueldo y, tras pensarlo mucho, lo metí todo—veinte mil en total. Tres meses después, la cifra en la cuenta se había duplicado. Aquello fue como si me hubiera caído el cielo encima, y pensé: así también se puede ganar dinero.
La soberbia se contagia.
En 2017, empecé a buscar por todo el mundo las llamadas “oportunidades de multiplicar por cien”. Había un proyecto del que se hablaba maravillas en el círculo, decían que iba a hacer que todos alcanzaran la libertad financiera. En una semana subió diez veces. Miraba la pantalla cada día, viendo cómo subían los números, y la gente a mi alrededor me decía que asegurara las ganancias. Pero yo no quise hacer caso, pensaba que esto apenas empezaba.
¿El resultado? Una semana después, los responsables del proyecto desaparecieron y el precio de la moneda se desplomó hasta cero. Perdí cincuenta mil en cuestión de minutos. Aquella tarde me quedé sentado frente a la pantalla mucho tiempo, con las palmas sudorosas. El mercado me enseñó a la fuerza: el dinero que llega por suerte, tarde o temprano lo tienes que devolver con tu propia habilidad.
Luego me tomé un largo descanso. Volví en 2019, pero con otra mentalidad. Dejé de soñar y seguí solo tres reglas básicas:
Jugar solo con dinero que, si lo pierdes todo, no afecte a tu vida;
La mayor parte del tiempo observar, solo actuar cuando la dirección esté clara y, si ganas, recuperar primero el capital;
Antes de cada operación, anotar el punto de stop-loss en una libreta y, si llega, cortar sin esperanza de milagros.
Así, poco a poco, empecé de nuevo con treinta mil de capital y fui creciendo. No hubo leyendas de hacerse rico de la noche a la mañana, pero tampoco volví a liquidar la cuenta.
La lección más cara en el mundo cripto solo la entiendes perdiendo dinero. El dinero rápido es tentador, pero solo quienes sobreviven tienen derecho a ver lo que viene después.
Si oscurece, recuerda encender la luz: eso es disciplina. Si llueve, recuerda llevar paraguas: eso es el capital.