Esto es lo que nadie quiere admitir: la maquinaria regulatoria de Europa no solo está endureciendo las normas, está remodelando el funcionamiento de las plataformas. Bruselas sigue imponiendo multas multimillonarias a las redes sociales por infracciones vagas como la difusión de "contenido dañino". ¿Traducción? Todo lo que no encaje en su narrativa aprobada es señalado. ¿Plataformas como X y Rumble? Están atrapadas en el fuego cruzado. El manual es sencillo: sanciones masivas, ninguna supervisión electa, control total. Esto ya no va de seguridad: se trata de quién decide lo que ves. ¿Y las alternativas descentralizadas? Están observando de cerca, porque podrían ser las siguientes.