Los estafadores se están volviendo creativos. Te tientan con la clásica zanahoria: beneficios con Bitcoin a la velocidad del rayo que suenan demasiado buenos para ser verdad. Porque normalmente lo son.

Luego está el enfoque más siniestro. Alguien se cuela en tus mensajes privados. Encantador. Atento. Paciente. Construyen confianza durante semanas, quizá meses. La conversación acaba derivando hacia las inversiones. "Solo prueba esta plataforma", te sugieren. Antes de que te des cuenta, tus fondos han desaparecido—ya sea a través de elaborados sitios de trading falsos o mediante un chantaje directo que implica situaciones comprometedoras.

No son ataques aleatorios. Son calculados. El ángulo romántico, a veces llamado estafa de "engorde del cerdo", se aprovecha de las emociones. Las trampas de dinero rápido explotan la avaricia. Ambas terminan igual: carteras vacías y lecciones duras.

Mantente escéptico. Verifica todo. Si alguien a quien nunca has conocido en persona empieza a hablarte de inversiones en criptomonedas, esa es tu señal para apartarte. Protege tus activos como si te fuera la vida en ello—porque en este sector, la confianza es lo más caro que puedes regalar.