Los últimos datos de la zona euro pintan un panorama bastante mixto. Los indicadores de sentimiento y las cifras de préstamos apuntan ambos a lo mismo: el crecimiento se mantiene en esa zona lenta. No está colapsando, pero definitivamente tampoco está despegando.

Lo interesante es cómo los datos crediticios se alinean con los métricas de confianza empresarial. Cuando el crédito se mantiene plano así, generalmente significa que las empresas no están exactamente apurándose a expandirse. Podría ser que están esperando señales más claras, o tal vez los costos de endeudamiento todavía están afectando.

Para cualquiera que esté observando las tendencias macro, este patrón de crecimiento tibio importa. Afecta todo, desde las decisiones de política del BCE hasta el apetito por el riesgo en los mercados. La verdadera pregunta ahora es: ¿es esta la nueva normalidad, o solo una pausa antes de que las cosas tomen impulso?