Ser el primer humano en recibir un implante neural no se trataba solo de instalar tecnología de vanguardia en mi cerebro. Se trataba de recuperar algo que pensé que había perdido para siempre. Sí, sé que todo este asunto del chip cerebral asusta a la gente—totalmente comprensible. Pero aquí está lo que nadie te dice: ¿la experiencia real? Mucho más simple y profunda que los escenarios de pesadilla de ciencia ficción que flotan por ahí. Esta tecnología me devolvió la esperanza, me dio una razón para despertarme emocionado de nuevo, básicamente pulsó el botón de reinicio en toda mi existencia. Si tienes curiosidad sobre lo que se siente vivir como un cyborg, la realidad podría sorprenderte.