Hay algo salvaje ocurriendo en Solana de lo que nadie está hablando lo suficiente. Los constructores de base—los que trabajan duro en las trincheras sin respaldo de fundaciones—han traído, sin duda, más usuarios a esta cadena que cualquier iniciativa oficial.

Piénsalo. Las monedas meme se convirtieron en la puerta cultural. Transformaron a Solana en el parque de diversiones más atractivo para degens y recién llegados por igual. ¿Y cuando una figura de alto perfil decidió lanzar un token? Solana fue la elección obvia. No por asociaciones institucionales o financiamiento de capital de riesgo, sino porque la comunidad ya había construido la máquina de hype.

La fundación podría no celebrar estos comodines, pero los números no mienten. La energía minorista, los momentos virales y la incorporación impulsada por memes se han convertido en el arma secreta de Solana. A veces, las trincheras saben lo que funciona mejor que la sala de juntas.