Una iniciativa de criptomonedas de base acaba de alcanzar un hito interesante: los miembros de la comunidad han reunido más de $500 a través del proyecto de tokens Sharav. ¿El concepto? Piénsalo como una versión descentralizada de los modelos tradicionales de aceleradoras, pero construida por la comunidad y para la comunidad. En lugar de que los guardianes institucionales decidan quién recibe financiamiento, este enfoque impulsado por tokens permite que los participantes cotidianos tengan voz. Es uno de esos experimentos que muestran cómo las plataformas de criptomonedas pueden reinventar los mecanismos de financiamiento; si logra una verdadera tracción o se desvanece, todavía está por verse, pero el impulso inicial vale la pena seguirlo.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
7 me gusta
Recompensa
7
4
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
Blockchainiac
· hace1h
¿No tiene mucho valor? ¿Solo quinientos yuanes?
Ver originalesResponder0
LonelyAnchorman
· hace1h
Con ese dinero, todavía falta mucho por hacer
Ver originalesResponder0
governance_lurker
· hace1h
No es gran cosa, con este poco dinero tampoco se puede llamar proyecto
Ver originalesResponder0
HodlKumamon
· hace2h
500 bloques también se atreven a llamarlo un hito, 熊熊 sugiere que primero recauden unos dos dígitos más~
Una iniciativa de criptomonedas de base acaba de alcanzar un hito interesante: los miembros de la comunidad han reunido más de $500 a través del proyecto de tokens Sharav. ¿El concepto? Piénsalo como una versión descentralizada de los modelos tradicionales de aceleradoras, pero construida por la comunidad y para la comunidad. En lugar de que los guardianes institucionales decidan quién recibe financiamiento, este enfoque impulsado por tokens permite que los participantes cotidianos tengan voz. Es uno de esos experimentos que muestran cómo las plataformas de criptomonedas pueden reinventar los mecanismos de financiamiento; si logra una verdadera tracción o se desvanece, todavía está por verse, pero el impulso inicial vale la pena seguirlo.