¿Alguna vez has notado cómo el sistema parece estar diseñado para acumular riqueza en una generación mientras la siguiente lucha por las migajas? Los números no mienten. Los jóvenes de hoy enfrentan una batalla cuesta arriba que las generaciones anteriores nunca enfrentaron: precios de activos por las nubes, salarios que apenas mantienen el ritmo y oportunidades que parecen cada vez más inalcanzables. No es solo mala suerte. Es estructural.