Desde que Donald Trump inició la “guerra comercial sin diferencias” el 2 de abril, el mercado financiero de EE. UU. ha pasado por un viaje lleno de altibajos: desde la primera caída, luego recuperaciones a corto plazo, hasta una fase de aumento explosivo con burbujas de precios cada vez más grandes. Ahora, toda la economía de EE. UU. depende en gran medida del flujo de dinero, y nadie puede eludir la pregunta sobre la liquidez del sistema.
Desde una perspectiva externa, se puede ver claramente cómo la Reserva Federal de EE. UU. (FED) regula el flujo de dinero a través de tres herramientas principales: la tasa de reserva obligatoria, la ventana de descuento y las operaciones de mercado abierto. Aunque la tasa de reserva obligatoria no es alta en la actualidad, eso no significa que la cantidad de reservas reales de los bancos sea baja.
Por el contrario, el aumento de la tenencia de activos líquidos en el sistema – especialmente en efectivo – refleja una preocupación latente sobre el riesgo de retiros masivos y el peligro de quiebra bancaria, que sigue latente en el interior del sistema financiero EE. UU.
Cada año, todavía hay bancos de EE. UU. que quiebran. Ese es un ciclo natural, pero lo que es más notable es que este fenómeno se está extendiendo gradualmente a menor escala, reflejando el aumento de la tensión en la liquidez.
Mientras tanto, en el mercado de valores, el grupo de “siete gigantes tecnológicos” (Tech Seven) sigue desempeñando un papel de líder: tanto como motor como burbuja. No solo invierten entre ellos, colaboran en productos, sino que también crean un enorme ecosistema financiero, donde el flujo de capital circula como un juego de “autoalimentación”. Una vez que cualquiera de los eslabones presenta problemas – desde pedidos, informes financieros hasta la confianza del mercado – toda esta cadena puede colapsar en cadena.
En términos de datos, EE. UU. se encuentra en una situación de semi-oscuridad. El gobierno ha estado inactivo durante 37 días, muchos datos económicos macro aún no se han publicado, pero a través de las declaraciones de los funcionarios de la FED y la reacción del mercado, las “señales subyacentes” siguen siendo claras.
Bajo la presión política, Trump no permitirá que el mercado colapse. Él entiende que una caída fuerte de la bolsa antes de las elecciones sería un desastre para él mismo. Y aunque el presidente de la FED, Jerome Powell, no siempre ha sido del agrado de Trump, tampoco permitirá que la economía caiga en crisis antes de que su mandato termine en junio del próximo año.
Este contexto hace que la reducción de tasas de interés por parte de la FED en diciembre sea casi un hecho seguro. No solo es una reacción política, sino también un movimiento político - financiero para mantener la confianza, proteger el sistema y salvar la “burbuja” que está colgando sobre la cabeza de EE. UU.
En resumen, cuando la liquidez se contrae, el riesgo bancario se expande y el mercado de capitales depende en exceso del dinero barato, la FED prácticamente no tiene otra opción que reducir las tasas de interés en diciembre, quieran o no.
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Pronóstico: La FED Casi Seguramente Reducirá las Tasas de Interés en Diciembre
Desde que Donald Trump inició la “guerra comercial sin diferencias” el 2 de abril, el mercado financiero de EE. UU. ha pasado por un viaje lleno de altibajos: desde la primera caída, luego recuperaciones a corto plazo, hasta una fase de aumento explosivo con burbujas de precios cada vez más grandes. Ahora, toda la economía de EE. UU. depende en gran medida del flujo de dinero, y nadie puede eludir la pregunta sobre la liquidez del sistema. Desde una perspectiva externa, se puede ver claramente cómo la Reserva Federal de EE. UU. (FED) regula el flujo de dinero a través de tres herramientas principales: la tasa de reserva obligatoria, la ventana de descuento y las operaciones de mercado abierto. Aunque la tasa de reserva obligatoria no es alta en la actualidad, eso no significa que la cantidad de reservas reales de los bancos sea baja. Por el contrario, el aumento de la tenencia de activos líquidos en el sistema – especialmente en efectivo – refleja una preocupación latente sobre el riesgo de retiros masivos y el peligro de quiebra bancaria, que sigue latente en el interior del sistema financiero EE. UU. Cada año, todavía hay bancos de EE. UU. que quiebran. Ese es un ciclo natural, pero lo que es más notable es que este fenómeno se está extendiendo gradualmente a menor escala, reflejando el aumento de la tensión en la liquidez. Mientras tanto, en el mercado de valores, el grupo de “siete gigantes tecnológicos” (Tech Seven) sigue desempeñando un papel de líder: tanto como motor como burbuja. No solo invierten entre ellos, colaboran en productos, sino que también crean un enorme ecosistema financiero, donde el flujo de capital circula como un juego de “autoalimentación”. Una vez que cualquiera de los eslabones presenta problemas – desde pedidos, informes financieros hasta la confianza del mercado – toda esta cadena puede colapsar en cadena. En términos de datos, EE. UU. se encuentra en una situación de semi-oscuridad. El gobierno ha estado inactivo durante 37 días, muchos datos económicos macro aún no se han publicado, pero a través de las declaraciones de los funcionarios de la FED y la reacción del mercado, las “señales subyacentes” siguen siendo claras. Bajo la presión política, Trump no permitirá que el mercado colapse. Él entiende que una caída fuerte de la bolsa antes de las elecciones sería un desastre para él mismo. Y aunque el presidente de la FED, Jerome Powell, no siempre ha sido del agrado de Trump, tampoco permitirá que la economía caiga en crisis antes de que su mandato termine en junio del próximo año. Este contexto hace que la reducción de tasas de interés por parte de la FED en diciembre sea casi un hecho seguro. No solo es una reacción política, sino también un movimiento político - financiero para mantener la confianza, proteger el sistema y salvar la “burbuja” que está colgando sobre la cabeza de EE. UU. En resumen, cuando la liquidez se contrae, el riesgo bancario se expande y el mercado de capitales depende en exceso del dinero barato, la FED prácticamente no tiene otra opción que reducir las tasas de interés en diciembre, quieran o no.