La próxima revolución financiera puede no llegar con fanfarrias.

Piensa en ello: el sistema financiero tradicional ha tardado décadas en grabar la palabra "confianza" en cada línea de código y en cada contrato. ¿Y el resultado? La seguridad está garantizada, pero la eficiencia se ha visto gravemente afectada. Por otro lado, las finanzas descentralizadas levantan la bandera de la "transparencia", con datos en la cadena que son públicos y verificables por cualquier persona, suena muy bien, hasta que te das cuenta de que no puedes evitar la muralla de la regulación.

Los dos sistemas tienen sus propias razones, pero son como dos líneas paralelas, sin que ninguna de las dos se preste atención. Surge la pregunta: ¿es posible que realmente se sienten a conversar? No se trata de que uno se coma al otro, sino de encontrar una forma de apretón de manos que ambas partes puedan aceptar.

Este podría ser el tema que Web3 debería resolver: no se trata de empezar de nuevo, sino de construir un puente.