El mes pasado, el mercado de oro en el país experimentó una repentina agitación: el precio del oro en Shui Bei, Shenzhen, superó los 1000 yuanes/gramo, y en Hangzhou, algunas joyerías ajustaron sus precios tres veces en un solo día, pasando de 928 yuanes a 1048 yuanes. Lo más mágico es que grandes bancos como el Banco Industrial y Comercial de China y el Banco de Construcción de China presionaron simultáneamente el botón de pausa, deteniendo de inmediato el servicio de retiro de oro acumulado.

Detrás de esta operación está la nueva normativa fiscal sobre el oro que entró en vigor el 1 de noviembre. En pocas palabras, el país ha trazado una línea en el mercado del oro mediante medidas fiscales: la inversión es inversión, el consumo es consumo, no los mezcles.

Los días en que se implementó la política, la reacción del mercado fue bastante intensa. Muchas personas que originalmente planeaban comprar lingotes de oro para preservar su valor descubrieron que los canales se habían cerrado de repente; mientras que los precios de las joyas en las tiendas de oro mostraron una clara fluctuación debido a los ajustes fiscales. Algunas personas se quejaron en las redes sociales "si hubiera sabido, debería haber actuado el mes pasado", y otros están investigando cómo seguir asignando activos en oro bajo las nuevas reglas.

El trastorno del mercado provocado por los impuestos es, en esencia, una redefinición de las dos propiedades del oro por parte de los reguladores. En cuanto a si esto traerá cambios más profundos en la estructura del mercado en el futuro, probablemente habrá que observar un tiempo más.