Durante el reciente feriado largo, el escenario político internacional sufrió cambios drásticos; Estados Unidos, Japón y Europa experimentaron sucesivamente turbulencias políticas, lo que provocó reacciones en cadena en los mercados financieros. A pesar de que los desafíos específicos que enfrentan los países son diferentes, todos reflejan una preocupación común: el relajamiento de la disciplina fiscal y los problemas de sostenibilidad se están volviendo cada vez más prominentes, lo que a su vez socava la credibilidad de la moneda.

Esta serie de eventos ha impulsado el aumento de los activos refugio y las inversiones alternativas. El precio del oro en la Bolsa de Nueva York ha superado el umbral psicológico de 4000 dólares por onza, y el mercado de monedas digitales también ha experimentado un nuevo auge. Al mismo tiempo, diversos activos de riesgo han ganado fuerza, mientras que el yen ha sufrido un duro golpe.

Examinar las situaciones de cada país revela que el cierre del gobierno de Estados Unidos refleja los graves desafíos de la polarización política y la sostenibilidad fiscal en ese país. En Japón, la elección de Sanae Takaichi como presidenta del Partido Liberal Democrático se considera otra señal del ascenso de las fuerzas de derecha a nivel global, lo que también resalta que los desafíos a la disciplina fiscal están aumentando. Los frecuentes cambios en la política francesa —el nuevo primer ministro renunció menos de un mes después de asumir, y se han cambiado cinco primeros ministros en dos años— exponen las profundas contradicciones de la división política en el país, así como la presión derivada de un alto déficit fiscal.

Estos eventos han profundizado la preocupación del mercado sobre la disciplina fiscal de los países, y han debilitado aún más la credibilidad de las monedas fiduciarias. El resultado es que el capital está saliendo aceleradamente del mercado de bonos del gobierno tradicional y fluyendo hacia activos alternativos como el oro y las monedas digitales. Al mismo tiempo, la ola de inversión en el campo de la inteligencia artificial sigue creciendo, proporcionando un sólido apoyo al mercado de acciones.

Esta serie de cambios indica que los mercados financieros globales podrían estar entrando en un nuevo ciclo de asignación, y los inversionistas deben prestar atención a los riesgos políticos y su posible impacto en los precios de los activos, ajustando sus estrategias de inversión cuando sea necesario.