#LOWB# un agotamiento interno de un LOSER en la madrugada (2)

"Pozo vacío: Eco"

En el centro de la ciudad hay un pozo, pero no tiene agua.
Las personas todavía vienen todos los días al borde del pozo, como si estuvieran esperando un evento que ya ha ocurrido. La manecilla de los minutos del reloj de la torre se ha detenido en las once y cincuenta y nueve, hace muchos años, y solo tiembla ligeramente en silencio, como si estuviera a punto de cruzar, pero nunca lo ha logrado.

El borde del pozo está pulido por las palmas, como un círculo de espejo poco profundo. Hay alguien sentado en silencio, alguien más mueve los labios, pero no se oye nada. El viento sopla, solo se puede escuchar el aire que regresa del pozo.

Un día, un forastero llegó a la ciudad. Siguió las huellas hasta el borde del pozo, donde todas las huellas se detenían, sin dirección para girar.

Se inclinó hacia abajo. En el fondo del pozo no había luz de agua, solo un pequeño trozo de cielo gris blanco.
Él levantó la mano derecha, y la sombra en el fondo del pozo también levantó la mano derecha, pero con un retraso.
Él levantó la mano izquierda de nuevo, y el fondo del pozo levantó primero la mano izquierda.

Se quedó atónito. El viento se detuvo por un momento, la ciudad parecía contener la respiración.
Intentó abrir la boca, pero se dio cuenta de que del pozo salió primero una frase: "No hables." Esa voz era como la suya, pero más cansada.

Él lanzó una piedra.
La sombra de la piedra en el aire cayó primero en lo profundo, levantando un sonido muy ligero, como la superficie del agua a lo lejos. Y la verdadera piedra todavía estaba entre sus dedos, fría y pesada, como si nunca hubiera sido lanzada. En ese momento, dudó de si la piedra en su mano era realmente verdadera o si la que estaba en el fondo del pozo era la que era real.

Se apartó dos pasos, la boca del pozo se amplió ligeramente a su lado, como si alguien estuviera tirando suavemente de una cuerda invisible desde abajo.
Él quería irse, dio unos pasos y luego se dio la vuelta. Ese él en el fondo del pozo seguía agachado, sin seguirlo.

Esa noche, él durmió en la puerta de la ciudad. Al despertar, había un anillo de fina impresión de polvo a su lado, redondo como un pozo en miniatura. Puso su palma sobre ello, la palma se sintió fría por un momento, como si fuera empujada suavemente de vuelta.

Antes de que amaneciera, se ató el bulto a la cintura y se dirigió de nuevo hacia el pozo.
No hay sombras de personas en la ciudad, solo un reloj que finalmente ha pasado las doce en el silencio.

Él se inclinó sobre el borde del pozo y miró durante mucho tiempo.
El viento ha vuelto a soplar fuerte, moviendo las puntas de su ropa, como si estuviera confirmando algo.

Más tarde, las personas que pasaban dijeron que el pozo de esta ciudad nunca había escuchado eco.
Alguien susurró: “Tal vez la voz ya se ha dicho de antemano.”