
El blended finance es una estructura de financiación que combina estratégicamente capital público o filantrópico con fondos comerciales. Al definir previamente los mecanismos de reparto de riesgos y asignación de retornos, el blended finance busca atraer más inversión privada hacia proyectos que generan beneficios públicos y ofrecen retornos comerciales. En esencia, funciona como una asociación estructurada mediante “capital de primera pérdida o garantías más participación de capital sénior”.
En blended finance, los fondos públicos o impulsados por políticas suelen asumir mayores riesgos o aceptar retornos más bajos para “reducir la barrera de entrada”. Los inversores comerciales participan con riesgos más controlados y condiciones claras, generando inversiones “catalizadas”. Los casos de uso habituales incluyen energía renovable, modernización de infraestructuras, inclusión financiera y financiación de pequeñas y medianas empresas (PYME).
El blended finance aborda el “desajuste entre riesgo y retorno” que suele dejar sin financiación proyectos de alto valor social: estas iniciativas enfrentan elevados riesgos iniciales y flujos de caja inestables, lo que las hace poco atractivas para el capital puramente de mercado. Además, los recursos públicos son limitados y no pueden cubrir por sí solos la gran demanda de financiación.
El blended finance busca cerrar esta brecha mediante concesiones parciales o garantías: el capital público persigue externalidades positivas y resultados verificables, mientras que los fondos comerciales buscan riesgos y retornos medibles. En los últimos años, la financiación climática y de infraestructuras sostenibles, así como el financiamiento de cadenas de suministro centradas en PYME, se han convertido en áreas principales de aplicación del blended finance.
El núcleo de la estructura de blended finance consiste en definir objetivos, clarificar la asignación de riesgos, organizar la distribución de retornos y garantizar la alineación de incentivos y la transparencia informativa.
Paso 1: Definir metas y resultados medibles. Identificar el problema central (por ejemplo, reducción de carbono, creación de empleo, inclusión digital), establecer indicadores cuantificables y métodos de recopilación de datos.
Paso 2: Emparejar fuentes de financiación y roles. El capital público o filantrópico puede asumir posiciones “subordinadas” o proporcionar garantías; los fondos comerciales participan como tramos “sénior” o “mezanine” según el apetito de riesgo.
Paso 3: Diseñar la segmentación de riesgos y absorción de pérdidas. La “segmentación de riesgos” divide los fondos en capas según la prioridad de pérdidas: los tramos “junior” absorben las pérdidas primero, mientras que los tramos “sénior” están protegidos. Reglas claras para la cascada de pérdidas y límites de retorno ayudan a establecer un perfil transparente de riesgo-retorno.
Paso 4: Establecer mecanismos de salida y liquidez. Definir los términos del proyecto, rutas de recompra o refinanciación, junto con eventos desencadenantes y procedimientos de gestión de impagos.
Paso 5: Implementar marcos de gobernanza y divulgación. Utilizar custodia independiente, auditorías y divulgación periódica de información para asegurar que todas las partes estén informadas sobre el progreso del proyecto y la evolución de los riesgos.
Existen tres modelos habituales para aplicar el blended finance a nivel de proyecto:
No debe confundirse el blended finance con los “blended funds”. Un blended fund es un vehículo tradicional de inversión que distribuye activos entre acciones, bonos, etc., buscando equilibrio entre riesgo y retorno—sin concesiones estructurales para objetivos públicos.
El blended finance enfatiza la colaboración entre fuentes de capital diversas: fondos públicos/filantrópicos y comerciales co-invierten en un mismo grupo de proyectos. Mediante segmentación de riesgos, garantías o condiciones concesionales, se desbloquea financiación adicional. Ambos difieren en fuentes de financiación, diseño estructural, objetivos de retorno y escenarios de aplicación.
La adaptación del blended finance a Web3 se basa en la “implementación on-chain, programabilidad y verificabilidad”. La tokenización de Real World Asset (RWA) vincula los derechos de activos fuera de la cadena a tokens en blockchain, permitiendo negociación y liquidación sin fricciones; los smart contracts ejecutan automáticamente reglas preacordadas para la distribución de retornos y el control de riesgos.
Un enfoque típico on-chain consiste en usar smart contracts para emitir tokens que representan diferentes “tramos”, cada uno con prioridades de absorción de pérdidas y asignación de retornos predefinidas. Los oráculos alimentan de forma segura datos off-chain (como pagos o métricas de resultados) en los contratos; multisig on-chain y contratos de escrow gestionan los flujos de fondos y los registros de divulgación.
A nivel de plataforma, si se emiten tokens RWA respaldados por blended finance de forma conforme y se listan en las secciones relevantes de Gate, los inversores pueden revisar los activos subyacentes, detalles de distribución de rendimientos y calificaciones de riesgo antes de negociar y gestionar posiciones en el mercado spot por código de token—siempre sujetos a la legislación local y las normas de la plataforma.
Llevar el blended finance on-chain aporta ventajas como mayor transparencia, distribución automatizada y liquidación eficiente entre fronteras. Los smart contracts reducen errores manuales; los libros abiertos facilitan auditorías; los inversores pueden monitorizar flujos de fondos y métricas de rendimiento en cualquier momento.
Los principales riesgos incluyen: (1) Riesgo de cumplimiento y contraparte—la emisión y negociación debe cumplir con la normativa local; (2) Integridad de datos y riesgo de oráculo—datos off-chain inexactos pueden desencadenar ejecuciones contractuales no deseadas; (3) Vulnerabilidades de smart contracts y seguridad de la custodia; (4) Restricciones de liquidez y volatilidad de precios—pueden producirse descuentos en el mercado secundario; (5) Mecanismos de gobernanza o resolución de disputas incompletos. Para la seguridad de los activos, debe garantizarse la verificación de identidad, controles contra el blanqueo de capitales, segregación de monederos fríos/calientes y acceso mínimo necesario.
La participación en blended finance debe regirse por el principio: “comprender la estructura antes de evaluar el riesgo propio”.
Paso 1: Leer los documentos estructurales. Verificar la segmentación de riesgos, disposiciones sénior/junior, cláusulas de garantía y procedimientos de gestión de impagos.
Paso 2: Verificar las credenciales de las contrapartes. Revisar el historial de promotores, custodios y auditores; confirmar frecuencia e independencia de la divulgación.
Paso 3: Evaluar la alineación retorno-riesgo. Elegir tramos sénior o junior según la tolerancia al riesgo; atender a límites máximos/mínimos de retorno y provisiones de stop-loss.
Paso 4: Considerar la liquidez. Comprobar períodos de bloqueo, restricciones de transferencia y mecanismos de mercado secundario para evitar desajustes de liquidez.
Paso 5: Garantizar el cumplimiento. Conocer los requisitos legales y fiscales locales; completar la verificación de identidad y comprobación de origen de fondos.
Paso 6: Al participar en tokens RWA vinculados a blended finance a través de Gate, revisar los activos subyacentes, esquemas de asignación de rendimientos y divulgaciones de calificación de riesgo en la página de listado de la plataforma; confirmar restricciones regionales y requisitos de cumplimiento; comenzar con posiciones pequeñas antes de escalar.
Para 2025, se espera que el blended finance esté profundamente integrado con la financiación climática, la inclusión digital y la modernización de infraestructuras. Las tendencias clave incluyen: (1) Toolkits de tokenización RWA más robustos con flujos de trabajo estandarizados de divulgación y auditoría; (2) Mayor adopción de modelos de pago basados en resultados—con pruebas on-chain o “credenciales de impacto” como desencadenantes de pago; (3) Marcos emergentes de cumplimiento transfronterizo para una participación institucional más amplia; (4) Tecnologías preservadoras de privacidad (como computación multipartita segura) empleadas para compartir indicadores clave protegiendo datos sensibles.
El blended finance aprovecha concesiones, garantías y segmentación de riesgos para alinear capital público y privado en una sola estructura—desbloqueando proyectos con impacto social mediante riesgo gestionable. En el contexto Web3, los RWA y los smart contracts mejoran la transparencia y la eficiencia operativa—pero el cumplimiento normativo, la integridad de los datos y la seguridad contractual son requisitos esenciales. Para los inversores, comprender las estructuras, verificar credenciales de las contrapartes y gestionar el tamaño de la posición es fundamental; todas las decisiones de financiación deben basarse en divulgaciones completas y tolerancia personal al riesgo.
Blended finance y blended funds son conceptos distintos. Un blended fund es un producto financiero tradicional que agrupa varias clases de activos—como acciones y bonos—en una sola cartera. El blended finance es un modelo de financiación de proyectos con múltiples fuentes: fondos públicos, capital privado, préstamos comerciales. El primero es una categoría de producto de inversión; el segundo, una estrategia de financiación de proyectos.
Los promotores adoptan blended finance principalmente para diversificar riesgos y reducir costes de financiación. Depender de una sola fuente suele implicar expectativas de retorno elevadas o condiciones estrictas. El blended finance combina fondos impulsados por políticas, capital filantrópico y préstamos comerciales—accediendo a capital de menor coste y atrayendo inversores enfocados en el impacto. Este enfoque es especialmente adecuado para proyectos a largo plazo con retornos estables, como infraestructuras o iniciativas verdes.
Los inversores minoristas pueden participar de varias formas: (1) Adquiriendo directamente valores emitidos por proyectos (como participaciones sénior en fondos); (2) Participando indirectamente a través de productos de gestión de activos ofrecidos por plataformas como Gate; (3) Suscribiendo instrumentos de deuda o capital emitidos por los proyectos. Antes de invertir, revisar información clave como la calificación de riesgo del proyecto, retornos esperados, condiciones de liquidez—y seleccionar productos acordes a la propia tolerancia al riesgo.
Los principales riesgos incluyen desalineación de intereses entre las partes financiadoras, lo que provoca retrasos en la toma de decisiones; complejidad de gestión debida a estructuras de financiación multilayer; estándares de cumplimiento divergentes entre distintos financiadores. Cambios de políticas pueden afectar la disponibilidad de fondos públicos; retrasos o bajo rendimiento del proyecto pueden impactar los retornos de todos los participantes. Los inversores deben centrarse en la experiencia del equipo gestor y la transparencia en el control del uso de fondos.
El blended finance es especialmente adecuado para proyectos sostenibles—como los de energía verde, sanidad o educación—donde el valor social es alto pero los retornos comerciales son limitados. El capital impulsado por políticas o filantrópico acepta rendimientos más bajos; el capital comercial aporta eficiencia y sostenibilidad—ambos se complementan. Este modelo permite que los proyectos alcancen objetivos sociales manteniendo la viabilidad comercial para operaciones a largo plazo.


