Muchos de los indicadores más populares para señalar los máximos de Bitcoin no se activaron durante el último mercado alcista, lo que ha llevado a muchos a preguntarse si los datos subyacentes han quedado obsoletos. Este análisis revisa varias herramientas ampliamente empleadas, examina por qué tuvieron un desempeño inferior en este ciclo y explica cómo pueden adaptarse a la evolución del mercado de Bitcoin.
Herramientas de previsión de precios
En el indicador Price Forecast Tools de Bitcoin Magazine Pro, el último mercado alcista no alcanzó varios modelos de máximos históricamente fiables, como Delta Top, Terminal Price y Top Cap, siendo este último incluso ignorado en el ciclo anterior. La Bitcoin Investor Tool, que emplea una media móvil de 2 años multiplicada por 5, tampoco fue puesta a prueba, y el Pi Cycle Top Indicator no proporcionó señales de precio ni de tiempo precisas, a pesar de su seguimiento por parte de numerosos operadores. Esto ha generado dudas razonables sobre si estos modelos han dejado de ser útiles o si el comportamiento de Bitcoin ha evolucionado más allá de ellos.

Figura 1: Modelos de máximos históricamente fiables como Top Cap, Delta Top y Terminal Price no se alcanzaron en el ciclo alcista.
Bitcoin es un activo en constante evolución, con una estructura de mercado, liquidez y composición de participantes que cambian con el tiempo. En vez de asumir que los datos han perdido validez, resulta más adecuado adaptar las métricas a un enfoque y horizonte temporal distintos. El objetivo no es descartar estas herramientas, sino hacerlas más sólidas y adaptativas a un mercado que ya no ofrece el mismo crecimiento exponencial ni los picos extremos de ciclos anteriores.
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La métrica MVRV Z-Score móvil de 2 años ha sido fundamental para identificar situaciones de sobrecalentamiento, pero en este ciclo no anticipó con precisión el máximo del mercado alcista. Mostró un repunte importante cuando Bitcoin superó inicialmente la zona de 73 000–74 000 $, pero no emitió una señal clara de salida en las fases finales del avance. Actualmente, la métrica arroja los valores de sobreventa más altos registrados.

Figura 2: La métrica MVRV Z-Score móvil de 2 años, normalmente fiable, no activó señales de salida en las últimas etapas del ciclo.
Para corregir esta deficiencia, el MVRV Z-Score puede recalibrarse con una base móvil de 6 meses en vez de dos años, lo que lo hace más sensible a las condiciones recientes sin perder el anclaje en la dinámica del valor realizado. Además del periodo de observación más corto, es conveniente abandonar los umbrales fijos y emplear bandas dinámicas basadas en la distribución. Al analizar el porcentaje de días por encima o por debajo de distintos niveles del Z-Score, se pueden identificar zonas como el 5% superior y el 5% inferior. Durante este ciclo, Bitcoin sí generó señales en las bandas superiores al superar los 100 000 $ y, en términos históricos, los movimientos en la región del 5% superior han coincidido bastante bien con los picos de ciclo, aunque no hayan capturado el máximo exacto.

Figura 3: Un MVRV Z-Score de 6 meses recalibrado con porcentiles superiores e inferiores específicos proporciona señales de compra y venta más oportunas.
Además de las herramientas de valoración, los indicadores basados en la actividad, como Coin Days Destroyed, pueden optimizarse acortando sus periodos de observación. La media móvil de 90 días de Coin Days Destroyed ha reflejado históricamente grandes olas de distribución de holders a largo plazo, pero la naturaleza más moderada y fragmentada del ciclo actual hace que la media móvil de 30 días resulte más informativa. Dado que Bitcoin ya no experimenta movimientos parabólicos, las métricas deben reaccionar más rápido para captar las actuales olas menos pronunciadas, pero igualmente relevantes, de toma de beneficios y rotación de inversores.
Figura 4: La media móvil de 30 días de Coin Days Destroyed reacciona con mayor rapidez a la dinámica en cadena.
Si se excluyen las últimas lecturas y se analiza el avance hasta el máximo histórico de este ciclo, la métrica de Coin Days Destroyed de 30 días se activó prácticamente en el pico del ciclo. También lo hizo antes, cuando Bitcoin superó los 73 000–74 000 $, y de nuevo al superar los 100 000 $, señalando todas las principales olas de distribución. Aunque esto se aprecia mejor posteriormente, confirma que las señales de oferta y demanda en cadena siguen siendo relevantes; la clave está en calibrarlas a los actuales regímenes de volatilidad y profundidad de mercado.
El Spent Output Profit Ratio (SOPR) aporta otra perspectiva sobre la toma de beneficios realizada, aunque la serie en bruto suele ser ruidosa, con picos abruptos, frecuentes reversiones a la media y grandes movimientos tanto en subidas como en capitulaciones intra-ciclo. Para obtener señales más útiles, puede emplearse el cambio de 28 días (mensual) del SOPR. Esta versión suavizada resalta cuándo el ritmo de realización de beneficios se acelera a niveles extremos en un periodo corto, filtrando el ruido de la volatilidad intra-ciclo.

Figura 5: Aplicar una media móvil de 28 días al SOPR suaviza los datos, reduce el «ruido» y permite identificar con precisión los máximos locales.
En el último ciclo, el cambio mensual del SOPR generó picos claros cuando Bitcoin superó inicialmente la zona de 73 000–74 000 $, luego por encima de los 100 000 $ y nuevamente cerca de los 120 000 $. Aunque ninguno captó exactamente el máximo final, todos marcaron fases de fuerte presión vendedora, coherentes con el agotamiento del ciclo. Utilizar cambios mensuales en vez de la métrica bruta aporta señales más claras, especialmente al combinarlas con análisis del poder adquisitivo de Bitcoin frente a acciones y oro.
En retrospectiva, muchos de los indicadores populares para marcar máximos sí funcionaron durante este mercado alcista, siempre que se analizaran con el enfoque y el marco temporal adecuados. El principio esencial sigue siendo: reaccionar ante los datos, no intentar predecir. Más que esperar que un único indicador marque el máximo con exactitud, un conjunto de indicadores adaptados e interpretados bajo la óptica del poder adquisitivo y la dinámica cambiante del mercado puede aumentar la probabilidad de identificar cuándo Bitcoin está sobrecalentado y cuándo inicia una fase de acumulación más favorable. En los próximos meses, el objetivo será perfeccionar estos modelos para garantizar que sigan siendo útiles, no solo históricamente, sino también con precisión y solidez hacia el futuro.
Para profundizar más en este tema, consulta nuestro vídeo más reciente en YouTube aquí: ¿Por qué no funcionaron las métricas para anticipar el máximo de Bitcoin?





