
En el contexto de la creciente incertidumbre global, el oro se ha convertido una vez más en el activo focal. En 2025, los precios del oro aumentaron significativamente, brindando retornos sustanciales para los inversionistas y atrayendo la atención sostenida tanto de instituciones como de inversionistas minoristas.
Para finales de 2025, Goldman Sachs anunció un precio objetivo de $4,900 por onza para el oro en diciembre de 2026. Esta expectativa desató intensas discusiones en el mercado. ¿Qué llevó exactamente a este gigante de Wall Street a creer firmemente que el oro aumentará significativamente en el futuro?
Primero está la compra continua de oro por parte de los bancos centrales. En los últimos años, muchos bancos centrales de países han estado aumentando sus reservas de oro para diversificar sus activos de reserva y reducir la dependencia de monedas de reserva tradicionales como el dólar estadounidense. Goldman Sachs cree que esta lógica continuará en el futuro.
En segundo lugar, los inversores privados están acelerando la diversificación de activos. La turbulenta situación internacional, las expectativas de una política monetaria flexible y la alta inflación han llevado a más individuos e instituciones a elegir el oro como herramienta de cobertura. En particular, la liquidez y la conveniencia de comprar oro a través de ETFs han atraído una gran afluencia de fondos.
En tercer lugar, si el dólar estadounidense se debilita en el futuro y la Reserva Federal baja las tasas de interés, el oro, como un activo que no genera rendimiento, también se volverá más atractivo; este es uno de los antecedentes por los que muchos analistas son optimistas sobre el oro en la actualidad.
Actualmente, varias organizaciones internacionales son optimistas sobre el rendimiento del oro en los próximos años, con muchos creyendo que los precios del oro podrían fluctuar en el rango de 4500 a 5000 dólares, e incluso superar los máximos históricos.
Sin embargo, el mercado del oro también tiene inestabilidad. La tendencia del dólar, la inflación global, las fluctuaciones de las tasas de interés, los problemas geopolíticos y los ritmos de política de los bancos centrales… cualquiera de estas variables podría desencadenar ajustes a corto o medio plazo. Como han indicado algunos medios, aunque el oro es optimista, su “potencial al alza” y “fluctuaciones” coexisten, y el futuro no es un camino recto hacia arriba.
Para los inversores ordinarios, si desea introducir oro en su asignación de activos, puede considerar las siguientes estrategias:
En resumen, el precio objetivo de Goldman Sachs de $4,900 representa confianza en los fundamentos futuros del oro y aporta nuevas expectativas al mercado. Sin embargo, cualquier inversión conlleva riesgos. Comprender la dinámica estructural y las variables potenciales detrás de ello es clave para decidir si asignar oro y cómo asignarlo.











